Editorial

Los retos de la UNAH

Todo parece indicar que el segundo período académico no se perderá en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), tras los acercamientos del rector universitario Francisco Herrera con los grupos estudiantiles que han estado interrumpiendo el normal desempeño académico en los últimos meses.

Se aplaude que por fin, Herrera y su equipo rectoral hayan logrado sentar a los protestantes en una mesa, aunque se cuestiona que lo hayan hecho tan tarde, cuando el conflicto subió de tono y adquirió características alarmantes tras el ingreso de comandos militares armados que dispararon bala viva, exponiendo la vida de miles de estudiantes, docentes y personal administrativo que se encontraban en el campus y dejaron cuatro estudiantes heridos, un hecho que debe ser investigado y los culpables llevados a los tribunales de justicia competentes.

Es oportuno que en esta ocasión las partes en conflicto acerquen sus posiciones y diriman sus diferencias por el bien de los casi 90,000 estudiantes matriculados en esa casa de estudio, y afinen la hoja de ruta que les llevará a realizar el proceso electoral para elegir a los representantes estudiantiles ante el Consejo Universitario y, posteriormente, a la elección en propiedad del resto de autoridades universitarias, incluida la rectoría.

No hay excusa válida para no hacerlo.

La ruta de la Universidad Nacional debe estar centrada en la profundización de las reformas académicas que demandan los tiempos modernos y, como rezan los objetivos de su Ley Orgánica, fomentar y promover el desarrollo de la educación superior en beneficio de la sociedad hondureña, formar profesionales del más alto nivel académico cívico y ético, capaces de enfrentar los desafíos que impone la sociedad.

La tarea no es fácil, pero debe hacerse por el bien de la educación superior y de los miles de estudiantes que tienen en la UNAH la única oportunidad de cursar una carrera de educación superior, y hacerlo en la que es, sin duda, la mejor universidad de Honduras.