Editorial

En diversas partes del mundo se conmemora este día a los magos de Oriente que guiados por una estrella luminosa llegaron a Belén para adorar al Niño Dios.

A lo largo de los siglos este pasaje bíblico, narrado en el libro de San Mateo, ha sido enriquecido para deleite de la imaginación, sobre todo de los más pequeños, que asocian la fecha con los regalos, por los obsequios de gran riqueza simbólica que llevaban aquellos personajes: oro, incienso y mirra. La ocasión no es desaprovechada por los comercios que haciendo alusión a la efeméride buscan atraer a los consumidores para cerrar con broche de oro la Navidad.

El Día de los Reyes Magos se celebra también en nuestro país con desfiles de carrozas como el que organizan para hoy una veintena de instituciones en el marco del programa Navidad Catracha, que en la capital hará un recorrido por el bulevar Suyapa.

La llegada del 6 de enero reviste además de esperanza los corazones de muchos creyentes que anhelan ver cumplidos sus sueños y anhelos. Pero más allá de la magia y ensoñación asociadas con este día, los hondureños, incluyendo a los no creyentes, tenemos la oportunidad de ver hermosas lecciones que son el verdadero regalo del Día de Reyes.

Los magos eran considerados personajes importantes que, no obstante, reconocieron la existencia de un ser superior, al que hallaron en un pobre y humilde pesebre. ¿No resulta entonces irónico el afán materialista que le hemos dado a esta época? Sin olvidar que hicieron un largo y fatigoso viaje para hallar a su Mesías, como arduo debe ser también todo esfuerzo por alcanzar una meta, ya sea la que cada hondureño se plantee a nivel personal o las que todos persigamos como sociedad para alcanzar la paz, reconciliación y bienestar. Nada que realmente valga la pena se nos ha de dar fácil.

Más que pensar en este día como una fecha para recibir, pensemos qué podemos dar desde nuestro campo de acción, a nuestra familia, a nuestro país. Hagamos de reyes magos todo el año, Honduras necesita ciudadanos con mayor civismo, padres más responsables, funcionarios incorruptibles, políticos con integridad, todos dispuestos a dar lo mejor de sí.