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Y seguimos con esos primeros lugares

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) está situando a Honduras para el 2023 con un crecimiento de un 3.4%, por encima del resto de los países centroamericanos, excepto Panamá que tendrá un crecimiento de 4.2%. El problema de los datos que proporcionan algunos organismos internacionales es que cuando estos se llevan a las condiciones reales de los más pobres, los mismos no se ven reflejados.

Honduras, en los indicadores de adversidades, en muchos temas, ocupamos los primeros lugares y estos ya no refieren solamente a aspectos sociales, de seguridad y servicios públicos. Esos primeros lugares también tienen que ver con aspectos políticos de gobernabilidad. El índice Latinoamericano de Transparencia Legislativa analizó el comportamiento de 14 congresos de América Latina y entre los peores evaluados aparece el Congreso Nacional de la República de Honduras. La opacidad en el manejo de subvenciones, presupuesto y gestión administrativa, ubicaron a este organismo del poder del Estado como el peor valorado del continente.

Otra instancia internacional, denominada Proyecto de Justicia Mundial (World Justice Proyect, WJP) calificó al Congreso Nacional como uno de los más corruptos a nivel mundial en el último Índice de Estado de Derecho correspondiente a la edición de 2023. En esta calificación el Congreso hondureño se le ubica, en la percepción de la corrupción, en el puesto 132 de 142 naciones evaluadas (entre más bajo, peor la evaluación). Se recalca en la información que el puntaje obtenido en el 2023 es el más bajo del Congreso hondureño en la última década. El Ejecutivo y la Corte Suprema de Justicia, también tienen una baja evaluación (EL HERALDO/30 de octubre de 2023).

Los datos sobre la falta de transparencia en el Congreso Nacional tienen mucho que ver con la calidad de la democracia con la cual se legisla en el país, aspecto que se relaciona muy de cerca con la calidad de vida de los hondureños, considerando que una mala gestión en la producción legislativa repercute en la inversión pública y privada, por lo cual no se generan las condiciones para impulsar el desarrollo económico que es necesario para el bienestar de la población.

Por el lado de los temas de seguridad, este año ha sido doloroso para toda la sociedad hondureña, tomando en cuenta que al mes de octubre habían muerto 341 mujeres, donde casi todas las muertes han quedado impunes. En el caso de América Latina, Honduras tiene el más elevado número de mujeres asesinadas en el 2023, siendo de seis por cada 100,000 mujeres, la tasa más alta de feminicidios, seguida solo por la República Dominicana que registró 2.9%. El número de mujeres asesinadas en Honduras es alarmante, reflejo de toda la situación de violencia que vive el país, pero además, cuando una mujer muere asesinada, la razón que explica su fallecimiento, quien lo ejecuta, tiene un componente de odio y de rechazo a esa otra parte de la sociedad; cuya vitalidad reproductiva le da un valor que vuelve el crimen un crimen múltiple y que, por esa razón, tanto la investigación como el castigo debería ser prioritario para las autoridades.