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Vernos bien es sentirnos bien

Hace algún tiempo un amigo me dijo que comprarnos una bonita camisa era sinónimo de humildad (bueno, en realidad dijo pobreza, pero vamos a entenderlo como humildad), y ha sido un pensamiento que se ha quedado conmigo durante mucho tiempo, me ha costado comprenderlo, pero creo que he llegado a un par de conclusiones.

Según el Diccionario de la Lengua Española, humildad es la “virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento”.

En función de esa definición se puede afirmar que la ropa, una bonita camisa, por ejemplo, es una herramienta para vernos bonitos y bonitas, y que la manera en la que nos vemos depende de lo que llevamos puesto, en otras palabras, es reconocer que necesitamos de herramientas para mostrar o resaltar nuestra belleza. Y evidentemente esto no pasa por cuánto gastamos en lo que llevamos encima, sino saber qué es lo que mejor nos queda, y saber qué es lo adecuado para cada ocasión.

Creo que no solamente tenemos derecho a vernos bonitos, sino que tenemos la responsabilidad con nosotros, sobre todo, pero también con nuestro entorno, de vernos bien.

Hay otros elementos como una buena postura, un rostro agradable y una bonita sonrisa que tienen que ver más con nuestra actitud que con lo que llevamos puesto. Lastimosamente pocos y en algunos casos nadie les habla a los niños y a los adolescentes del valor de una sonrisa linda, pero sobre todo auténtica. Y en el caso de los hombres, la masculinidad tóxica y frágil nos ha alejado de ofrecer una sonrisa a los demás. Como que la masculinidad fuera mal encarada.

También hay elementos que superan lo visual como los olores o los sonidos. Está muy bien tener un aroma agradable, igualmente usar un volumen adecuado de voz, entre otros detalles que por sentido común usted podrá seguir enlistando.

Esto, amable lector, va más allá de una simple frivolidad o banalidad, porque verse bien tiene que ver con sentirse bien. Y nadie quiere un país de tristes o amargados, a priori, pienso que un país así no puede desarrollarse. La autoestima de una persona afecta no solamente su interior, también su entorno.

De lo anterior se desprende que es necesario enseñar en los diferentes sistemas de educación la importancia de verse bien y enseñar a verse bien. Más allá de la formalidad del uniforme, que se da por descontada en las instituciones educativas.

A los docentes de la clase de Español les corresponden temas como la expresión gestual, proxémica e incluso los códigos de vestimenta. Sí, así como lo lee, en la clase de Español también se puede aprender a sonreír, es imperativo aprovechar los temas relacionados al género teatral para enseñar, por ejemplo, a proyectar una agradable voz. He conocido voces quebradas que no suenan bien porque no están bien moduladas y salen con mucho miedo, sin soltura

.Es bueno recordar que la belleza es un bien que se logra. Piense en el lugar más bonito que conozca, salvo rebuscadas excepciones, es necesaria la intervención humana para que ese sitio luzca.

Como habrá escuchado o leído antes, en todas las personas hay belleza, solamente hay que refinar el gusto frente al espejo para que acabemos encantando, primero a nosotros mismos, y luego a los que nos rodean.