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Se busca un presidente

Se busca un presidente salido de las entrañas de la voluntad del pueblo hondureño, no del robo de urnas, cuentas amañadas, compras de tarjetas de identidad ni credenciales vendidas al mejor postor, ni de las tumbas escarbadas para resucitar al votante ni de extranjeros haciéndose pasar por hondureños. Salido de las páginas de la Constitución, no de grupos políticos que corrompen el espíritu de ésta ni tergiversan la misma haciéndola de papel cuando antes eran de roca, eterna, imperturbable. Un presidente que sea líder, que siempre vaya hacia adelante y delante de su pueblo enfrentando las vicisitudes como un solo soberano que arrastra las cadenas de la ignorancia, enfermedad y muerte prematura porque solo fue considerado cuando se necesitó el voto. Un presidente que cuando levante su taza del aromático café piense si todos los hondureños donde sea que vivan están haciendo lo mismo, que cuando engulla su alimento sepa que todo el pueblo está comiendo porque la mesa está servida de los alimentos que nuestro suelo produce y no de aquellos extraídos de los contenedores de basura. Un presidente que cuando usa la ducha esté consciente que el agua llega al más apartado rincón de la geografía nacional, que habrá agua en tiempo de sequía porque se hicieron los embalses que además de proveer el vital líquido para las necesidades diarias estén generando energía para mover la industria, el comercio y la vida residencial, que la irrigación de campos de sembradíos estén con la gota controlada dándoles a las plantas por germinar el agua de vida y los campos produzcan en cantidades suficientes para que nadie jamás pase hambre porque la seguridad alimentaria es parte esencial del gobierno.

Un presidente que no sea arribista, desleal, que no tenga vínculos con la mafia empresarial ni política, que todas sus decisiones sean pensando en el bienestar de la nación y no de un grupúsculo, que enaltezca las instituciones estatales y que estas sean desarrolladas para llevar alta tecnología al servicio del ciudadano común. Un presidente que construya la nación pensando a largo y no el tiempo que gobernará porque Honduras debe ser construida para la eternidad. Y, por último, un presidente temeroso de Dios, no uno que sea la fachada de ser espiritual y moral cuando sus acciones lo desnudan, porque si teme a Dios temerá que todas sus acciones estén encaminadas al bien común; Honduras necesita un presidente, ¿lo encontraremos?

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