Estamos en unas circunstancias especiales. Miles de personas en el mundo están contagiadas por la enfermedad del coronavirus y muchas están perdiendo la vida cada día. El contagio por esta enfermedad no es ningún juego. Países con mejores condiciones sanitarias como Italia y España se encuentran con un sistema de salud colapsado por la cantidad de personas contagiadas. En Honduras, las autoridades han dispuesto permanecer en nuestras casas. En estos momentos es importante ser responsables y seguir las indicaciones dispuestas. Nuestro sistema de salud, con una infraestructura limitada, no puede permitirse el lujo de que nos contagiemos por tomarnos esta enfermedad a la ligera. Recae en todos el deber de ser responsables pero especialmente les corresponde a los jóvenes pues con mucha facilidad ellos se pueden convertir en agente de contagio para otras personas más vulnerables y en quienes la enfermedad sí tiene efectos mortales: los ancianos y los poseedores de diversas patologías.
En momentos como estos es lógico preguntarnos cómo aprovechar el tiempo. Pasar tiempo en casa puede convertirse en un verdadero suplicio si no sabemos pensar un poco en las actividades que tenemos la posibilidad de realizar en familia. En estas circunstancias tal vez este es el primer punto a tener en cuenta. Elaborar un orden de actividades puede ser sumamente beneficioso y así no caer en la tristeza y en la desesperanza. Es importante estar informados, aunque sin convertir esto en una fuente de ansiedad y preocupación innecesaria. Pensar un orden es importante, puede comenzar con tener una hora de levantarse y otra para acostarse. Como sabemos, la “pereza neutraliza las energías de la persona a través de pequeñas dejaciones, abandonos, omisiones, descuidos y tareas sin acabar.” (“Paso haciendo el bien”). Existen muchas formas de organizar nuestro día y así convertir esta situación de reclusión forzada en ocasión de mejora personal. En primer lugar es momento de cuidar nuestra relación con Dios. Tenemos más tiempo disponible para leer la Biblia, por ejemplo, e incluso rezar por las personas afectadas por el coronavirus alrededor del mundo. La oración, esa conversación personal con nuestro Padre Dios, es una fuente segura de paz y de alegría, aun en medio de circunstancias actuales. Existen muy buenos libros y lecturas disponibles en internet que seguramente nos servirán para mejorar nuestra formación y relación con Dios. (En www.opusdei.org existen artículos y libros digitales descargables).
Me dio mucho gusto escuchar que una familia está aprovechando estos días haciendo encargos en la casa. Es el momento adecuado de resolver aquellos desperfectos para los cuales no se suele tener tiempo. La convivencia en familia permitirá estar pendientes de servir a los que tenemos alrededor y hacerles la vida agradable. Mejorar nuestra formación cultural es otra de las opciones. Existen algunos lugares en la red con listas de libros recomendables, clásicos y publicados recientemente (En www.delibris.org se encuentran listas de libros de lectura muy interesantes).
Los aficionados al cine y a las series de televisión encontrarán la oportunidad de mejorar su formación a través de películas recomendables de calidad para ver en familia (Recién publicaron en https://www.aceprensa.com/cultura/propuestas-de-ocio-en-casa/ una lista de películas, series de televisión y videojuegos apropiados).