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Modalidades laborales

De la esclavitud indígena, legalmente suprimida con la emisión de las Leyes Nuevas en 1542, se pasó a la encomienda y el repartimiento. Los indios entre 16 a 60 años estaban obligados a brindar su fuerza de trabajo tanto a autoridades civiles y eclesiales como a mineros y hacendados, de manera rotatoria, desplazándose desde sus pueblos a los centros de trabajo, urbanos y rurales, desempeñando múltiples actividades, desde la construcción de edificaciones hasta la extracción de minerales.

Los jueces repartidores se encargaban de distribuirlos adonde fuera requerido su trabajo, pagándoles un real diario, cantidad que era recuperada al obligarlos a comprar mercancías que no habían sido vendidas, aún si no las necesitaban. Esta era el repartimiento de “efectos”.

Para el historiador Ralph Lee Woodward, el repartimiento fue la respuesta de los colonos españoles a las Leyes Nuevas, “exitosamente impidieron todos los esfuerzos reales para otorgar oportunidades a los indígenas de llegar a ser ciudadanos del Reino”.

Un ejemplo de repartimiento: los indígenas de Santa Ana, Ojojona, Reitoca, Alubarén, eran asignados para laborar en el mineral de Guazucarán; los de Comayagüela, Yaguacire, Río Abajo, en las minas aledañas a Tegucigalpa.

En Guatemala republicana, el presidente liberal Justo Rufino Barrios revivió el repartimiento colonial emitiendo legislación que obligaba a los indígenas residentes en sus comunidades a trabajar en fincas cafetaleras propiedad de la élite. Aquellos que rehusaban laborar eran castigados, correspondiendo a las autoridades municipales reprimir la “vagancia y ociosidad”.

Gradualmente, algunos indígenas llegaron a radicarse en haciendas, en donde sus propietarios los utilizaban bajo el sistema de peonaje y aparcería.

En áreas periféricas del Imperio Español, como la Capitanía General de Guatemala, encomienda y repartimiento continuaron vigentes por más tiempo que en los virreinatos.

Un criollo hondureño comentó así el trabajo indígena: “El indio, a quien se ha supuesto indolente y perezoso, es activo y capaz de los trabajos más duros. Sus brazos son los que rompen montañas y pulverizan peñas para sacar el oro y la plata… sus manos son las que han hecho esos millones que suponen cantidad tan grande de trabajo”. José del Valle. (El Amigo de la Patria, marzo 7 de 1821). Recomiendo consultar a MacLeod, “América Central española”; Forced Native Labor in Sixteenth-Century Central America, por Sherman; “El costo de la Conquista”, de Linda Newson; “Motines de indios: la violencia colonial en Centroamérica y Chiapas”, por Martínez Peláez; “Encomienda y Conquista: los inicios de la colonización en Guatemala”, de Salvador Rodríguez Becerra; Encomienda Politics in Early Colonial Guatemala, 1524-1544 y Dividing the Spoils, por Wendy Kramer; Indian Payment in Kind: The Sixteenth-Century Encomienda of Guatemala, de Lawrence Feldman; “La encomienda en Guatemala”, por Silvio Zavala, para profundizar esta temática.