Lo urgente y los muchos problemas a los que el día a día nos enfrenta, hace percibamos como más importantes unos y otros que también lo son, queden invisibilizados. Se nos pierde lo que nos debería apurarnos. Cuando debiéramos sentir como presiones muy fuertes y las mas trascendentes para el futuro y hasta lo prioritario, los temas que se refieren a los órganos tomadores de las grandes decisiones nacionales. Pero parece secundario ante lo agobiados por la inseguridad, el desempleo, la crisis educativa vista al futuro como tragedia y lo precario del sistema de salud, todo lo cual mina cualquier vestigio de equidad. Y también de esperanza. Pero en este circulo vicioso en el que nos han tirado a los hondureños, solo la toma de decisiones acertada representaría la ilusión de cambio, transformación o refundación o mas sinónimos aplicables. Lo demás son falacias. El que personajes inescrupulosos incidan de hecho en las grandes tomas de decisiones nacionales, pero en el más total desconocimiento de normas mínimas de gerencia, indispensables para el buen funcionamiento de una Micro Empresa, cuanto mas para el gobierno de una nación, y sean quienes determinan la conducción nacional, es garantía de fiasco. Hay que hacer algo al respecto. Así lo ha asumido el Movimiento Patria, manifestación ciudadana heterogénea amalgamada por los intereses nacionales, al promover Reformas electorales impostergables. La ciudadanización de las MER, la segunda vuelta electoral, son de las 5 propuestas, por ahora más viables. Pero el reto es la lucha por el fortalecimiento democrático en general. Ante tantas tribulaciones que vive el pueblo hondureño, un sistema político y electoral, no luce prioritario, pero lo es. Es lo fundamental para que quienes elegimos sean los que asuman los cargos y tomen las decisiones en beneficio de todos no solo el de ellos y de los grupos fácticos que representan. Debemos aprender a aprender a elegir por el bien común y a asegurarnos que nuestros mandatarios cumplan.