Columnistas

Ahora se entiende mejor el tema palestino

Con el último conflicto armado más reciente entre los pueblos palestino e israelí iniciado el 7 de octubre, muchos se preguntaron cómo era posible un ataque de grandes proporciones por parte del grupo islamista Hamás, tomando en cuenta que Israel tiene una de las fuerzas militares y cuerpos de investigación más sofisticados del mundo.

Mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en respuesta a esa acción, informaba sobre su decisión de destruir todas las capacidades del grupo militar palestino, sometiendo a la población de Gaza a un ataque indiscriminado y privación de los servicios públicos, Estados Unidos anunciaba el envío de abundante equipo militar al gobierno de Israel y, además, el envío de portaaviones como muestra de su solidaridad y su disposición de tomar partido en favor del gobierno del Estado judío.

Estados Unidos concentra, en Israel, la mayor ayuda militar en el mundo. La intervención estadounidense se basa, según sus autoridades, en el principio de legítima defensa que tienen los judíos. La respuesta israelí en este momento le cuesta al pueblo palestino 11,180 muertos (incluyendo 4,609 niños y 3,100 mujeres), lo cual es, sin lugar a dudas, una venganza despiadada.

Lástima que este principio, el de defensa legítima, las autoridades encabezadas por Joe Biden, presidente de la nación más poderosa del mundo, no lo aplican en el caso de territorios de otros países que, como Siria, tropas de EE UU mantienen su presencia militar desde el 2015, contraviniendo la voluntad de las autoridades de esa nación, a la cual han sometido en una cruenta guerra desde 2011, ocasionándole miles de muertos, además, partiendo su territorio. Siria, aparte de ser víctima del intervencionismo, ha sido declarado, por Estados Unidos, Estado terrorista.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), hace algunos años ha informado sobre “el potencial no aprovechado de las reservas palestinas de petróleo y gas” agregando que esto podría generar cientos de miles de millones de dólares para quienes las exploten, el mismo organismo de las Naciones Unidas ha denunciado que Israel se niega sistemáticamente a que los palestinos utilicen esos recursos como forma de aliviar las enormes dificultades generadas por la pobreza.

Dada la coyuntura de la guerra, Israel ya ha aprovechado para otorgar licencias de explotación de gas a seis compañías donde se encuentras esas reservas petroleras. Además de lo anterior, existe la idea de construir un canal alternativo al de Suez que permita controlar el comercio a Estados Unidos e Israel y que, al mismo tiempo, les dé ventajas militares. El canal pasaría por el centro de Gaza, lo que explica el interés por desplazar a la población de ese lugar.

Lo anterior advierte sobre las posibilidades que el conflicto que se vive en esa parte del planeta pueda escalar a niveles más delicados, donde puedan verse involucradas otras naciones que ya han condenado el papel de Estados Unidos en el conflicto.

Luchar por la coexistencia pacifica entre el Estado palestino, con sus plenos derechos e Israel, debería ser una demanda universal.