A la mayor parte de la población hondureña le falta el dinero, y cuando tiene un poco más en sus manos, o mejor dicho en sus tarjetas, en su cabeza hacen eco las miles de voces que le dicen que lo gaste o que lo invierta en una cosa y en la otra, cada una más variopinta y peculiar. También hay voces que le dicen que sea más responsable y que lo ahorre.
Esas voces siempre fueron muchas, pero ahora son muchísimas, porque estaremos de acuerdo en que son cada vez más las horas que las personas pasan conectadas, y en las redes sociales y el internet en general hay esencialmente dos cosas: entretenimiento y mucha publicidad. Además, las estrategias para atraer clientes son cada vez más seductoras. Si se juntan las variables: carencias, excelente publicidad y dinero extra, el resultado es una bomba de consumismo que podría ser capaz de consumirnos.
Aparecen, entonces, las personas que filosofan sobre el dinero y que podrían ubicarse en puntos extremos de una situación. Hay quien dice que solo se vive una vez, y que, por lo tanto, el gustito de Navidad se lo merece, no vaya a ser que el próximo año no esté o no se lo pueda dar, y de todas maneras para eso trabaja. Por otro lado, aparecen quienes dicen que hay que ser precavido y que no hay que alocarse con el dinero y que hay que gastar lo justo.
Creo que en ambos casos hay un predominio de lo emocional por encima de lo racional. Al primero lo consume la ansiedad y la excitación de tener la posibilidad de satisfacer un deseo que tiene, aunque quizá se lo implantó la publicidad. En cambio, al otro lo domina el miedo y posiblemente se priva de aquello que desea. Como la mayoría de las cosas en la vida, la virtud está en el centro, pero qué difícil es ubicarse en el punto medio, ¿cierto?
Posiblemente, el estar en un extremo o en otro sea consecuencia de muchos factores, y uno de ellos es que la mayoría aún no comprendemos el concepto del dinero porque por alguna extraña razón no hemos sido educados al respecto. Y educarse en ello implica más que hacer cuentas y aplicar unos cuantos porcentajes a nuestro sueldo para saber cuánto dedicaremos a tal o cual actividad o rubro.
También se trata de hacer preguntas de fondo, como cuál es la relación que tenemos con el dinero o lo que significa en nuestras vidas, según nuestra historia con él (de carencia o abundancia) o según nuestra escala de valores, en la que ubicaríamos al dinero como muy importante o poco importante, y por su puesto cuál es nuestra situación actual.
El dinero es una realidad de la que nadie puede escapar y es probablemente uno de los pilares de la sociedad moderna, a veces parece que todo es dinero (camino y obstáculo), así que también muy posiblemente sea una gran oportunidad para pensar sobre nosotros.
Yo no le diré que gaste o ahorre, eso ya se lo dicen las pantallas casi a cada momento, es una de las principales insignias de la era moderna. Le diré mejor que piense por un momento qué significa para usted ese dinero extra de diciembre, y cuál es la relación que guarda con el dinero, ¿qué le hace sentir?, ¿qué lo impulsa a hacer?, ¿cómo se refleja en su relación con otras personas?, ¿cómo afectas sus sueños o metas?, ¿qué lugar ocupa en su escala de valores? Y quizá, solo quizá, descubra algo de usted. Y tal vez le ayude a decidir.