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El profe del pueblo

José de la Paz Herrera fue convocado para unirse a las estrellas del firmamento. El maestro 'Chelato' Uclés ha muerto a los 80 años; fue quizá el hondureño más querido por el pueblo, el hombre que unió más pasiones en torno a la bandera nacional de aquella gesta de fútbol, al clasificar Honduras por primera vez en un mundial de fútbol: el de España, 1982.
El legado de 'Chelato' será imborrable para la memoria del fútbol, ya que verá en sus recuerdos a aquel niño detrás de una pelota, buscando borrar la pobreza sobre las praderas de su pueblo: Soledad, El Paraíso. Un pueblo que hasta su nombre era triste, pero noble. Fue aquí donde él creció bajo la sombra de sueños, pues logró hacer realidad para millones de hondureños que, frente a un televisor en junio del 82, vimos transformada nuestra infancia en orgullo, al no doblegarse en un mundial de fútbol, donde los grandes son los de siempre y lo que ganan lo hacen sin piedad. Desde entonces, 'Chelato' borró la imagen desacreditada del país.
Fue el hombre que, con sus estrategias en una libreta de papel sepia, borraba la asquerosa guerra desatada en Honduras y del resto de Centroamérica en esa época, además, limpiaba el nombre, porque Honduras era conocida en Europa nada más por el escándalo de los 'Contras', el escándalo de los millones que bailaban en el aire de la Administración pública, atizada por una corrupción que jugaba con balón adelantado.
Uclés logró detener por un momento la cacería criminal del reclutamiento militar en los jóvenes, adicionalmente, alcanzó desvanecer la empañada carrera del narcotráfico que iniciaba su mortal recorrido por estas tierras de pan llevar, borrando la miseria de la gente, asimismo, nos hacía olvidar el mortal juego de los explotadores contra los humildes que no conocían más alegría que tirarse a las calles con un balón desconchado.
'Chelato' fue la alegría del pueblo, el que le dio un respiro en la dilatada miseria de vida a este pueblo, además de haber estado presente en los procesos hacia México 86 e Italia 90, estableciendo un proyecto triunfante en la selección nacional, de igual forma, dirigió clubes como el Motagua, Real España, Marathón, Olimpia, entre otros; igualmente, clubes extranjeros como Santos Laguna en México, Cartaginés en Costa Rica y la Selección Nacional de Belice.
'Chelato' ganó un total de cinco ligas nacionales en Honduras, antes de su retiro en 2013, cuando su histórica carrera llegó a su fin, no sin antes ser el primer técnico hondureño en entrenar en un mundial, mismo en el que se despidió con dos empates y una derrota, además de haber liderado en rondas clasificatorias, es decir, la Copa Oro y la Copa Uncaf.
Habrá pocas alegrías después de la hazañas del maestro Uclés; sus opiniones y guías siempre eran una luz para iluminar el mediocre fútbol hondureño, que en competencias internacionales es casi una vergüenza, porque desgraciadamente algunos dirigentes y futbolistas han aprendido de los políticos: mientras haya dinero, hay patria; mientras se les pague, se puede intentar hacer algo, no bien, pero, 'algo es algo', deben decir en sus camerinos dorados mientras terminan de saquear los fondos de un país que confía en ellos.
El profe fue el técnico de fútbol que menos ganaba dinero, no era mercenario, por eso murió pobre. Su amor eran los libros, los videos de fútbol, el estudio de su carrera, de su pasión por el cine y por la música clásica. «Un bohemio», como dicen los que aman el dinero y los lujos estériles.
El profesor 'Chelato' fue velado en el Estadio Nacional de Tegucigalpa, cuyo nombre es de un dictador. Esperamos que desde ahora se llame: Estadio José de la Paz Herrera. Fue despedido en una ceremonia con su familia y con su gente que tantas veces acudió para verlo y dar cátedra de buen ciudadano, ya que honraba lo que bien hacía el profe del pueblo.