Cartas al editor

PN por la alianza de la honestidad

Ante una situación insoportable para la mayoría de la población, actos de corrupción por doquier en la administración pública, derroche y malversación de los recursos aun en tiempos de pandemia y una administración pública ineficiente en todos sus niveles, por parte de un grupo de personas que utilizaron al Partido Nacional para acceder al poder como ya quedó demostrado en cortes de justicia en los Estados Unidos financiados con fondos de dudosa legitimidad. Es urgente que ante el desprestigio de una institución pública de tradición y que goza del cariño de una importante cantidad de ciudadanos que creen en sus principios y estatutos, pues estos fomentan la “Libertad con justicia social y democracia”, den un paso al frente los hombres y mujeres jóvenes y adultos con reconocida militancia del partido de la estrella solitaria para restaurar su imagen y prestigio.

Que más que un instituto político de centro derecha hondureño, fundado el 27 de febrero de 1902 por Manuel Bonilla, representa una gran alternativa para acceder al poder de la nación para servir a los demás y no para asaltar las arcas del Estado.

Estos ciudadanos notables y honestos deben de forma pública, activa e incondicional, ponerse a la disposición de “La alianza para la honestidad”, pensando y actuando más allá de su sentimiento partidario con un amor por Honduras y asumir un rol patriótico para sumar y unir un esfuerzo que nuestra país requiere en momentos en que se le ha calificado por fiscales y jueces competentes en las salas de audiencias judiciales públicas como “narcoestado” defender la integridad no solo del país sino del instituto político al que pertenecen pues en estas cortes en reiteradas ocasiones se ha mencionado al Partido Nacional.

Honduras reclama hoy entonces de sus mejores hijos en este momento y año histórico en el cual se llevarán elecciones generales en noviembre y en las cuales podemos cambiar el rumbo, salvar y reconstruir el prestigio de nuestro país que es el único que tenemos. ¡Manos a la obra!