La violencia dejó este ayer más de 100 muertos en Siria en donde los observadores de la ONU afirmaron que el ataque a la localidad de Treimsa (centro), en el que murieron el jueves más de 150 personas, según una ONG siria, fue contra viviendas de desertores y militantes.
La misión de observación de la ONU en Siria indicó ayer que el ataque perpetrado el jueves por el ejército sirio en la localidad de Treimsa, calificado por la oposición siria y parte de la comunidad internacional como una “masacre”, “parecía dirigido contra grupos y viviendas específicas, en su mayoría de desertores y militantes”.
El régimen, que el viernes explicó que llevó a cabo en Treimsa una operación exitosa contra “terroristas”, parecía ayer más que nunca decidido a aplastar los bastiones rebeldes, en particular en la provincia de Deraa (sur), feudo de las protestas que comenzaron hace casi 16 meses.
En esta región los helicópteros militares bombardearon Jerbert Ghazale, y luego los tanques y centenares de soldados tomaron la localidad por asalto. Las milicias del régimen allanaron luego e incendiaron las viviendas abandonadas por sus habitantes, según el OSDH y un militante en el lugar.
Nuevas muertes
El sábado la violencia dejó 109 muertos, de los cuales 46 civiles, según el OSDH con sede en Gran Bretaña que lleva a cabo sus registros sobre la base de informaciones transmitidas por una red de militantes y testigos en Siria.
“Licencia para nuevas masacres”
Reaccionando a la matanza de Treimsa, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, denunció una “escandalosa escalada” de la violencia y estimó que la incapacidad del Consejo de Seguridad para presionar al presidente Bashar al Asad equivale a otorgarle “una licencia para nuevas masacres”.
El bloqueo es total entre las potencias occidentales y Rusia, principal sostén del régimen sirio. Las dos partes se oponen sobre dos proyectos de resolución del Consejo de Seguridad, uno que amenaza a Damasco con sanciones y el otro no.
Ban Ki-moon dijo que el Consejo tendría que enviar “un mensaje fuerte a todos de que habrá serias consecuencias” si no se observa el plan de paz del emisario Kofi Annan.
Sin embargo, la oposición critica cada vez más a Annan, por considerar que no logra presionar a Asad como debiera. Así, manifestantes instaron a “retirar a Annan, lacayo de Asad y de Irán”.