Mundo

Clínicas atestadas rechazan pacientes

28.09.2014

Monrovia, Liberia

Los doctores carecen de medicamentos. Tampoco hay camas para los pacientes. Seis meses después de que el brote de ébola se presentara en el occidente de África, que no estaba preparado para la epidemia y se convirtiera en el peor de la historia, la brecha entre la ayuda enviada por otros países y agrupaciones internacionales y lo que se necesita es enorme.

Aunque los países tratan de reunir más recursos las necesidades amenazan con aumentar a una escala quizá imposible de superar.

D. J. Mulbah, un niño de 14 años, fue trasladado el sábado por su madre y abuela en la búsqueda desesperada de una cama en una clínica operada por Médicos Sin Fronteras, en Monrovia, la capital de Liberia. Demasiado débil para mantenerse en pie, fue llevado en un taxi junto con su mochila y un cubo para usar en caso de que vomitara. Luego fue acostado en el piso de tierra entre las mujeres preocupadas.

“Ha estado enfermo de diarrea”, dijo su madre mientras le limpiaba el sudor de la frente con las manos. “Hace días llamamos a una ambulancia, pero nunca llegó”.