Más de 138 asesinatos han confesado narcotraficantes en juicio de JOH

Como si fueran los “ángeles de la muerte”, los narcotraficantes decidían a quién matar, incluso
a los periodistas que denunciaban sus crímenes, además de sus enemigos y hasta algunos de sus aliados

jue 29 de febrero de 2024 a las 11:10

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El narcotráfico en Honduras está bañado por la sangre de funcionarios, mujeres y hombres honorables, periodistas y enemigos que fueron ejecutados en una guerra donde el objetivo fue llenarse las bolsas de dólares.

Los criminales confesos en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Estados Unidos, no han tenido ningún remordimiento al asegurar que durante se mantuvieron al frente de las operaciones ejecutaron a alrededor de 138 personas por las cuales no se les hizo justicia en Honduras, más bien los protegieron.

Además mencionaron cómo conspiraron para que fueran ejecutados personajes que les daban seguimiento, como Julián Arístides Gonzales Irías, conocido como el “zar antidrogas”, quien era titular de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN).

También decidieron y conspiraron para darle muerte al experto en narcotráfico, Alfredo Landaverde, quien mencionaba en los medios de comunicación quiénes eran los grandes capos de la droga en Honduras.

El traficante Alexander Ardón, líder del cartel AA, y exalcalde El Paraíso, Copán, se declaró responsable de 56 muertes, de las cuales, dos las cometió con sus propias manos. A uno lo mató en venganza por el asesinato de uno de sus hermanos y al otro por robarle ganado a su papá.

Ardón también implicó a Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano del expresidente Hernández, quien ordenó la muerte de al menos tres personas.

El primero fue el narcotraficante Franklin Arita por oponerse a que pasara mercancía del Cartel de Sinaloa por su plaza en la comunidad de El Rosario, la misión la cumplió el exdirector de la Policía Nacional, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla.

El segundo encargo de “Tony” fue matar a Esvin Javier Escalante porque sabía mucho de las actividades ilícitas, pasando lo mismo con “El Chino”, quien supuestamente se encargaba de recibir helicópteros para “Tony”, pero cayó preso y fue acribillado en la cárcel por orden de Wilter Blanco, según el testimonio de Ardón.

Despiadados

Llegó el turno de Devis Lonel Maradiaga, quien de forma despiadada narró cómo ejecutaba y torturaban, incluyendo hijas de enemigos que cayeron por equivocación.

“El Cachiro” de forma fría volvió a confesar que se encargó de quitarle la vida a 78 personas durante el tráfico de drogas por Honduras.

Recordó que mandaron a un sicario a matar a un hombre identificado como “Toño” Velásquez, pero el gatillero se equivocó y ejecutó a su hija.

Sobre la muerte del periodista Aníbal Barrow reconoció que “este periodista hablaba mal de Los Cachiros. Decidimos matar al periodista”.

En ese crimen, primero mandaron a un sicario, pero se equivocó y mató a la persona equivocada, narró Rivera Maradiaga. También expresó que ejecutó a una de sus cuñadas porque “Sonia había robado cocaína y había matado a alguien”, explicó al momento de referirse a ese crimen.

Rivera Maradiaga además dijo que mató a una mujer, pareja de uno de los hijos del también narcotraficante Geovanny Fuentes. Pero antes, Fuentes se había encargado de ejecutar a un mecánico de barcos que le debía a “El Cachiro” 20,000 dólares, incluso le mandó una fotografía del cuerpo.

Afirmó que Fuentes le mandó “una foto del mecánico del barco muerto, ensangrentado y al costado de la carretera. Geovanny dijo que él y ‘Metro’ lo hicieron”.Otro de los asesinatos, dados a conocer por el primer testigo, José Sánchez, alias “El Contador”, fue el del joven llamado Cristian Ayala, hijo de un agente policial.

“El Contador” le había entregado una cinta al joven Ayala en la que apareció el expresidente Hernández recibiendo 10,000 dólares del narcotraficante Geovanny Fuentes.

Esa fue la condena de muerte para Ayala, hijo del subcomisionado de Policía Edgardo Ayala López.

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