Cesamo
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Tegucigalpa, Honduras.- El Hospital Escuela continúa sumido en una crisis que parece no tener fin.
Hace unos meses, el centro asistencial más grande de Honduras se quedó sin algodón, y hoy los especialistas denuncian que no cuentan con guantes, gazas ni ropa esterilizada para realizar cirugías.
Además, aseguran que deben trabajar con lo único que tienen: su conocimiento, ya que los insumos no están disponibles.
“Nos vemos en la necesidad de atender a los pacientes prácticamente con las manos. Vaya a cualquier especialidad y podrá comprobar que no tenemos insumos”, afirmó un médico a EL HERALDO, quien prefirió mantener su anonimato por temor a represalias en su lugar de trabajo.
El profesional también subrayó que la crisis va más allá de los insumos quirúrgicos, ya que el hospital tampoco tiene reactivos para realizar exámenes.
“De doce pruebas que enviamos a hacer, solo una se puede realizar. A veces ni ultrasonidos pueden hacerles a los pacientes. Vivimos en una calamidad, y esta es nuestra Honduras”, lamentó el denunciante.
El rotativo visitó varias áreas del Hospital Escuela, donde algunos pacientes expresaron su insatisfacción con el servicio recibido.
Raúl Barahona, un paciente con problemas cardiovasculares, reaccionó con indignación: “Para nada vine a esta mierda, no me dieron más que una sobada en el pecho, y ahora están diciendo que no tienen más que darme”.
Barahona confesó su temor por su vida, ya que, sin el tratamiento adecuado, podría perderla.
“Que no me joda esa ministra que tenemos, ella no sabe lo que es tener una enfermedad del corazón y andar todo el día rogando por una consulta. Señora (Carla Pardes), póngase a trabajar, que para eso le pagamos los hondureños”, expresó con furia.
La situación de Barahona es crítica, pero por ahora, lo único que pudo hacer el personal médico fue escuchar su desesperación y transmitir su mensaje en un establecimiento que, en vez de darle respuesta, parece esperar únicamente reportar su fallecimiento.
Otros médicos también han denunciado la falta de insumos en sus áreas. En muchas ocasiones, deben recurrir a llevar sus propios equipos desde clínicas privadas.
“Para brindar un servicio de calidad, debo traer mis herramientas, porque si no, los pacientes se mueren. Tengo que usar mi equipo para ofrecer la mejor atención a los hondureños”, dijo uno de los médicos entrevistados, mientras recorría los fríos pasillos del hospital.
Por su parte, el doctor Herbert López Mendoza, director del Hospital Escuela, reconoció las precarias condiciones en las que trabajan los médicos, pero aseguró que pronto habrá una solución.
“El año pasado, muchos insumos no llegaron, y no se cancelaron adecuadamente debido a que se realizaron algunos procesos de forma incorrecta. Ahora los estamos rehaciendo para que todo fluya correctamente”, indicó López.
Además, destacó que desde su llegada, en 2024, todos los procesos se han mejorado y esperan la adjudicación de los insumos en las próximas semanas.
A unos pocos kilómetros del Hospital Escuela, en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), se vive otra situación crítica. Los pacientes diabéticos denuncian la falta de insulina, una situación que es bien conocida por las autoridades.
El doctor Henry Andino, gerente del Hospital de Especialidades, explicó: “Solo nos falta la insulina en formato de lápiz, pero los otros tipos de insulina están disponibles. Solo en este momento no hay de esa presentación”.
Al consultar en la farmacia del hospital, la información fue similar. Los trabajadores confirmaron que, aunque no hay insulina en formato de lápiz, existen tres tipos más disponibles para los pacientes.
