Padre y esposo era Luis Araya, piloto experimentado que murió en accidente aéreo en Roatán
Con años de experiencia en vuelo y una familia esperándolo a su regreso, una supuesta falla mecánica provocó la muerte del piloto Luis Araya, junto a su copiloto y 10 pasajeros más
- 18 de marzo de 2025 a las 08:58

Amigo de vuelo y compañero de viajes en Honduras y el mundo, así era Luis Ángel Araya Arana, piloto experimentado que murió junto a Francisco Lagos, copiloto y amigo de él, luego de abordar la aeronave con destino al Aeropuerto Guillermo Anderson, (antes llamado Aeropuerto Golosón), en La Ceiba, Atlántida, pero segundos después de despegar, ocurrió la tragedia.

Una familia esperaba su regreso, principalmente su amada esposa, Claudia María Sánchez, quien era su compañera de viajes cuando él dejaba a un lado su trabajo como piloto.

Desde muy joven, siguió los pasos de su familia de aviadores y empezó a trabajar en pequeñas aerolíneas hasta llegar a ser un piloto experimentado, lo que le permitió viajar a otros continentes.

Araya Arana pertenecía a una familia de aviadores. Su padre era el capitán de Araya, su hermano mayor, Carlos Luis Araya, también era piloto.

Trabajó junto a su esposa en Transportes Aéreos del Continente Americano, S.A., (TACA). Él como piloto y ella como aeromoza.

Realizó sus estudios primarios en el Instituto Departamental San Isidro de La Ceiba, en Atlántida.

Comenzó volando en la Aerolínea Sosa, luego a TACA y posteriormente emigró del país para ampliar su línea de viaje.

Luego de salir del país, trabajó en aerolíneas de Indonesia e India, lo que le permitió ganar mayor experiencia.

Sin embargo, pese a su larga experiencia, su corazón siempre estuvo en Honduras, lugar donde vivía junto a su familia e hijos. Según explicó su amigo y abogado Fausto Molina, “él se iba cuatro meses y venía un mes a ver a su familia, porque aquí estaban sus hijos y su esposa”.

Explicó que entre sus pláticas, Araya le contó que ya no quería trabajar en las aerolíneas de Honduras, pues las condiciones no eran estables en los vuelos. “Él estaba muy preocupado por las condiciones de la aerolínea aérea Lanhsa. En algunas condiciones, él se negaba a volar. Estos aviones no tenían el debido mantenimiento”, reveló

Su amigo y también víctima del accidente, Francisco Lagos, acababa de regresar de un viaje, pues horas antes había publicado en su cuenta de Instagram videos alusivos a su regreso desde Colombia.

Lamentablemente, nadie imaginó que él, Araya y otras 10 personas más iban a perder la vida cuando a eso de las 6:18 de la tarde del lunes 17 de marzo, el avión que abordaron en Roatán, Islas de la Bahía, Honduras, despegó y, tras una supuesta falla, cayó al mar segundos después. Decenas de familias están de luto ante esta irreparable perdida que solo deja cinco sobrevivientes.