"Nube negra": Un bivaque surrealista de 30,000 mariposas de papel invaden el MIN
La muestra, que permanecerá abierta hasta el 6 de julio, invita al espectador a sumergirse en un entramado artístico donde lo íntimo y lo simbólico se entrelazan en un diálogo profundo y evocador
- Actualizado: 24 de mayo de 2025 a las 00:00
“Nube negra es, quizás, una de mis obras más emblemáticas, aquella que me ha llevado a ha llevado a muchos lugares del mundo. Su origen, sin embargo, es profundamente íntimo: nace de la necesidad de despedirme de mi abuela, cuando ya se hallaba gravemente enferma.”
Carlos Amorales (Ciudad de México, 1970) explica así la génesis de una de las tres piezas disruptivas que integran "Rapsodias" —su primera muestra en Honduras—, instalada en el Museo para la Identidad Nacional (MIN).
Curada por Leonardo González, "Nube negra" está compuesta por 30 mil mariposas de papel negro, que representan 30 especies distintas y cubren muros y techos del ala baja del recinto.
Las criaturas están dispuestas de forma similar a como las veríamos revolotear en la vida real, lo que evoca otra inspiración para la serie: la migración anual de las mariposas monarca de Canadá a México.
En su despliegue, “Nube negra” trastoca los límites entre lo natural y lo simbólico, entre el duelo íntimo y la memoria colectiva.
La instalación no solo coloniza el espacio físico, sino que activa en el espectador una dimensión casi ritual: caminar entre las mariposas, suspendidas o adheridas, es participar de un tránsito —una procesión aérea— donde la fragilidad se vuelve monumental.
Amorales, quien ha forjado una trayectoria señera al margen de fórmulas previsibles, acude aquí a una imaginería que hibrida lo personal con lo mitológico. La mariposa, criatura efímera por excelencia, se convierte en vehículo de transformación, en eco visual de los desplazamientos forzosos, las ausencias familiares, la muerte asumida como tránsito.
Las criaturas están dispuestas de forma similar a como las veríamos revolotear en la vida real, lo que evoca otra inspiración para la serie: la migración anual de las mariposas monarca de Canadá a México.
Existe una dicotomía aparentemente contradictoria inherente a Nube Negra. Al mismo tiempo, la pieza inspira asombro; envuelve al penetrar en todo el campo visual y nos recuerda la maravillosa belleza que experimentamos al ver una mariposa en la naturaleza.
Pero, al mismo tiempo, hay tristeza en la pieza; es una obra de despedida y duelo. En el mundo de Amorales, sin embargo, ambos no están separados. Conviven, como en la vida real.
Instalada ahora en el ala baja del Museo para la Identidad Nacional (MIN), la obra adquiere nuevos matices en el contexto hondureño. No solo por el diálogo inesperado con el Museo de las Mariposas de La Ceiba —una coincidencia geográfica que potencia la resonancia simbólica—, sino también por la forma en que esta invasión de alas negras redefine la relación entre el arte contemporáneo y la identidad regional. Nube Negra no aterriza: se posa, migra, permanece.
Dentro de esta misma inmersión en "Nube Negra", Amorales presenta dos piezas adicionales: “La primera es una película que realicé hace algunos años en colaboración con el compositor guatemalteco Joaquín Orellana. La segunda se titula Batalla, una obra muy reciente que desarrollé con apoyo de un programa de inteligencia artificial para generar imágenes.”
“Es la primera vez que vengo a Honduras, y no se me ocurre mejor manera de hacerlo que presentando mi trabajo en un museo comprometido con la cultura contemporánea”, afirmó el artista.
“Gracias a todos ustedes por brindarme la oportunidad de compartir mi obra en su país. Mi gratitud especial al equipo que hizo posible este montaje a lo largo de tres intensas semanas de trabajo, así como a Janet Martínez, colaboradora de mi estudio, quien coordinó esta compleja instalación con admirable dedicación y lucidez”, expresó el artista mexicano durante la inauguración celebrada el pasado viernes ante el público reunido.