La dramática historia de Ana Sánchez, damnificada por Eta y Iota en la capital (FOTOS)
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Su rostro lo dice todo. Su mirada solo refleja la tristeza que la embarga al saber que su vida corre peligro a cada minuto, pues reside en una zona de alto riesgo en Tegucigalpa. Le damos a conocer la historia de la hondureña Ana Sánchez, una de las tantas víctimas que hoy sufren la crisis e incertidumbre. Fotos: Emilio Flores/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:001 / 18 -
Su rostro lo dice todo. Su mirada solo refleja la tristeza que la embarga al saber que su vida corre peligro a cada minuto, pues reside en una zona de alto riesgo en Tegucigalpa, la capital hondureña. Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:002 / 18 -
Ana Sánchez (60), recuerda que cuando Eta y Iota hicieran que lloviera durante horas consecutivas, ella y sus hijas se escaparon de morir de milagro. El cerro donde viven, en la colonia El Edén de la capital, comenzó a ceder y causó que sus suelos se hundieran y agrietaran y que enormes rocas se desprendieran cayendo en sus patios... afortunadamente en sus patios, y no sobre los vulnerables techos. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:003 / 18 -
Doña Ana vio con impotencia cómo sus hijas y sus nietos eran trasladados de forma temporal hasta un albergue. Pero ella no pudo irse, algo la mantiene atada a este peligroso lugar. Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:004 / 18 -
Alrededor de su vivienda se observan enormes rocas que ni sus 10 hijos juntos podrían remover. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:005 / 18 -
Detrás de las casas de sus hijas también cayó una infinidad de piedras, por eso, ellas accedieron a trasladarse al albergue ubicado en el complejo deportivo de la Villa Olímpica. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:006 / 18 -
Doña Ana por su parte, se quedó en la zona junto a uno de sus hijos y su yerno, ante el temor de que al volver del albergue no hallaran sus pertencias en casa. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:007 / 18 -
El miedo de Ana no está infundado, pues en 2008 cuando las lluvias ocasionaron una tragedia similar, accedió a irse a un lugar más seguro. Al volver se percató que lo que no se perdió por el derrumbe, desapareció por la delincuencia que impera en la zona. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:008 / 18 -
Doña Ana afirma que aunque muchos quizá la juzguen por su decisión, solamente ellos saben cuántos años de trabajo les ha costado obtener lo poco que tienen. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:009 / 18 -
En los días siguientes al paso de Eta y de Iota, el terreno de sus casas ha seguido cediendo sin misericordia. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:0010 / 18 -
Una de las hijas de doña Ana, identificada como Fany Mejía, tuvo que acudir a desarmar su casa, pues el muro y las paredes amenazaban con caer sobre la vivienda de la señora. Ahora, la joven se ha quedado sin un lugar donde vivir junto a sus dos bebés de uno y tres años de edad. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:0011 / 18 -
De acuerdo a esta familia, tanto en 2008 -cuando se vieron afectados por primera vez- como ahora, las autoridades han llegado a hacer evaluaciones de sus condiciones, pero no les dan ninguna ayuda o respuesta. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:0012 / 18 -
La mujer de la tercera edad y su familia desearían poder vivir con tranquilidad en una zona más segura, pero ninguno cuenta con un empleo que les permita pagar un mejor lugar. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:0013 / 18 -
Ana Sánchez observa con temor hacia el imponente cerro que amenaza con desaparecer el sitio donde crió a sus 10 hijos como madre soltera. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:0014 / 18 -
Uno de sus hijos, la apoyaba económicamente desde hace varios años, pero hace aproximadamente un mes, fue deportado desde México. El joven está ávido de trabajo, pero el covid-19, Eta y Iota han endurecido las posibilidades de conseguir empleo. Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:0015 / 18 -
Cinco casas de madera fueron construidas en el solar de doña Ana, las cinco presentan severos daños tras las lluvias. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:0016 / 18 -
Así luce el que alguna vez fue el piso de su hija Fany y a pocos metros, el techo de doña Ana. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:0017 / 18 -
La hondureña afirma que cada día y cada noche representan una tortura, pues el temor de ser víctima de la falla geológica no los deja vivir en paz, pero sus limitadas posibilidades los amarran a este remoto sitio de la ciudad. Foto: Aarón Canales/ EL HERALDO 16/12/2020 - 00:0018 / 18