FOTOS: La pandemia del coronavirus vista a través de los ojos de los niños
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Las preocupaciones de los niños se parecen a las de muchos lugares en la resiliencia y la esperanza, por una vida más allá del virus. Esta es la vida en confinamiento a través de los ojos de los niños. Fotos: AP. 27/05/2020 - 00:001 / 14 -
Hudson Drutchas, de 12 años, en su casa en Chicago. Drutchas estudia en sexto grado y, como vive en un estado donde se mantiene la cuarentena, hace las tareas de la escuela en una computadora. Dice que siente que se está perdiendo una parte de su infancia por la pandemia. “Me preocupa cómo será la vida después de esto. ¿Cambiará mucho?”, dice. Hudson Drutchas esperó y se preocupó mientras su madre y su hermana se recuperaban del nuevo coronavirus estando en cuarentena en sus habitaciones. 27/05/2020 - 00:002 / 14 -
Tresor Ndizihiwe, de 12 años (centro), ayuda a lavar la ropa a su madre, Jacqueline Mukantwari, junto a sus hermanos, en su casa en Kigali, Ruanda. No hay escuela. No hay juegos con amigos. Soldados por todas partes. Esta es la vida durante la pandemia para Tresor Ndizihiwe, un niño de 12 años que vive en Ruanda, uno de siete hermanos y hermanas. A su madre, Jacqueline Mukantwari, le pagan 50 dólares mensuales como maestra de escuela, pero solía ganar dinero extra al dar clases privadas. Ese negocio se ha terminado y la familia recibe paquetes de alimentos de parte del gobierno dos veces al mes. El único tiempo que Tresor pasa al exterior es en un pequeño patio a un lado de su casa. 27/05/2020 - 00:003 / 14 -
Jeimmer Alejandro Riveros, de 9 años, toma fotografías con la cámara de un amigo en la pequeña granja de su madre en Chipaque, Colombia. Alejandro, su madre y su hermano mayo se han convertido en YouTubers durante la cuarentena decretada por el gobierno para frenar el coronavirus, para enseñar cómo cultivar verduras en casa y venden kits de iniciación que entregan a través de un mensajero. A pesar de los obstáculos, Jeimmer mantiene una perspectiva optimista de la vida en cuarentena. Se siente a salvo del virus con su mamá y su hermano. E imagina un futuro con más tiempo al aire libre y, un día, con un trabajo de adulto. “No importa que estemos encerrados”, dice. “Podemos ser felices”. 27/05/2020 - 00:004 / 14 -
Ishikiihara E-kor rapea sobre el coronavirus durante la pandemia, en Orleans, California. E-kor extraña todas las cosas normales de los niños durante la pandemia: jugar béisbol, salir con sus amigos y tener una verdadera fiesta por su undécimo cumpleaños, que celebró con sus familiares en una llamada de Zoom. Con frecuencia se queda sin internet durante horas, lo que le dificulta completar sus tareas escolares, así que juega con su perro Navi Noop Noop.
Pero Shiki, como lo llaman sus amigos, también tiene cosas más importantes en mente. Es un indígena karuk, miembro de la segunda tribu más grande de California, y ha leído sobre cómo la pandemia arrasa con la Nación Navajo, otra tribu a cientos de kilómetros de distancia. 27/05/2020 - 00:005 / 14 -
Lilitha Jiphethu hizo una bola con bolsas de plástico desechadas para mantenerse entretenida durante el encierro en Sudáfrica. Ella y sus cuatro hermanos juegan con esa bola casi todos los días en un pequeño espacio exterior que cercaron fuera de su casa. Ella grita cuando sus hermanos le arrojan la pelota. Después ríe, la recoge y se las arroja a ellos. Esto sucede una y otra vez. “Me siento mal porque no sé si mi familia (puede contagiarse de) este coronavirus”, dice Lilitha. “No me gusta este corona”. 27/05/2020 - 00:006 / 14 -
Los tiempos difíciles pueden tener un lado positivo. Alexandra Kustova ha comprendido esto durante esta pandemia. Ahora que sus estudios se realizan en línea, tiene más tiempo para sus dos pasatiempos favoritos: el ballet y los rompecabezas. También puede pasar más tiempo con su familia y ayudar a su abuela, quien vive en el mismo edificio, dos pisos más abajo de su departamento, en Yekaterimburgo, una ciudad en los montes Urales, Rusia, la cadena montañosa que divide parcialmente a Europa de Asia. “Creo que el final es alegre porque debemos seguir viviendo, seguir creciendo”, dice. 27/05/2020 - 00:007 / 14 -
A pesar de las dificultades que ha experimentado, la tranquila y estudiosa pequeña rebosa de un optimismo ganado con esfuerzo. El sufrimiento de su familia en el Irak de la guerra le ha enseñado a Baneen Ahmed -de 10 años- que los eventos externos pueden poner de cabeza la vida en un instante. Durante las caóticas secuelas de la invasión a Irak liderada por Estados Unidos, un tío fue secuestrado, un tío abuelo fue asesinado por milicias armadas y su familia se vio obligada a buscar refugio en Jordania. “Tomará un año o un poco más encontrar una cura, así que va a terminar”, dice Baneen, quien prefiere hablar y mostrar cómo estudia en casa bajo el encierro, más que hacer un dibujo. “En Irak, no va a terminar”, continúa. “Es como muy difícil ponerle fin a los asesinatos y los secuestros”. 27/05/2020 - 00:008 / 14 -
Para Elena Moretti (11), la pandemia no es una amenaza lejana. Italia fue el primer país europeo golpeado por el Covid-19, y su madre es médica en el sistema de salud público que ha registrado entre sus filas a 27.500 infectados y más de 160 fallecidos. Elena, de 11 años, tiene miedo del nuevo coronavirus. Cada vez que llega un paquete por correo, lo saca a la terraza y lo desinfecta con una solución de jabón en botella que ella misma preparó. “El virus quería atacarnos, así que en lugar de derribarnos, cotraatacamos y lo aprisionamos”, dijo sobre su dibujo. “Me da miedo que se extienda aún más y nos contagiemos todos”, dijo. 27/05/2020 - 00:009 / 14 -
Niki Jolene Berghamre-Davis intenta ir de excursión al bosque siempre que es posible durante esta pandemia. Incluso en los mejores momentos, es donde la niña de 11 años de Port Melbourne, Australia, se siente más en casa. “Es nuestra niña de la naturaleza”, dice su madre, Anna Berghamre. Así que a su mama no le sorprendió que Niki Jolene dibujara un autorretrato frente a una arboleda. En el dibujo, hay señales de precaución. 'Tengo un cubrebocas en la mano porque, bueno, acabo de quitármelo y todavía estoy consciente”, dice mientras sostiene el dibujo. “Después de esta pandemia de corona, cuando esto termine, creo que todo estará mucho más lleno de vida”, dice y levanta los brazos para enfatizar. 27/05/2020 - 00:0010 / 14 -
Danylo Boichuk envidia a su gato, Kari, que puede escapar de la casa familiar en un suburbio de Kiev y ser libre. Debido a la pandemia, su familia tuvo que cancelar un campamento de verano en Bulgaria, y a Danylo, de 12 años, le preocupan mucho las fronteras cerradas. Sentado en su porche trasero, ha usado sus bloques y figuras de LEGO para crear su versión del futuro: una situación en la frontera. “Este es un barco que se dirige a Copenhague y los guardias fronterizos lo inspeccionan”, explica Danylo, y señala las piezas que detienen a otras. “Este miembro de la tripulación muestra evidencia médica de que todos a bordo están saludables, excepto por un hombre en una celda de aislamiento”. 27/05/2020 - 00:0011 / 14 -
Su dibujo representa un sueño bastante sencillo para Ana Laura Ramírez Lavandero de 10 años: “Viaje a la playa”. En la hoja, coloreó una palmera con tres cocos marrones, un bote que flota a la distancia y un Sol amarillo brillante. Es una escena que representa la vida en su país insular, famoso por su arena blanca y sus aguas azules. No obstante, por ahora Ana Laura Ramírez Lavandero sólo puede soñar con la playa. Por el encierro obligatorio, se encuentra confinada en su departamento en un cuarto piso donde vive con sus padres y su abuela. En el balcón, mira la vida a través de un enrejado de hierro oxidado. Puede parecer una cárcel. “Mi vida cambió”, dice la niña, quien está acostumbrada a jugar en la calle de su vecindario de clase trabajadora y media en La Habana. 27/05/2020 - 00:0012 / 14 -
Advait Vallabh Sanweria, de 9 años, sonríe mientras su hermano menor enumera todas las cosas que han hecho durante el prolongado encierro en India. “Nos dan nalgadas, nos regañan, vemos películas, cocinamos, barremos el piso y usamos el teléfono y hacemos llamadas por Skype”, dice Uddhav Pratap, de 8 años, en hindi.
A veces los hermanos son una especie de rutina de comedia, o cuando menos son un peligro para los muebles de su hogar. Convirtieron una habitación en un campo de críquet, donde un hermano lanza la bola y el otro batea. A veces, juegan algo más tranquilo, como ajedrez o Uno. Emocionados al principio porque la escuela cerraba indefinidamente, los hermanos extrañan poder salir. 27/05/2020 - 00:0013 / 14 -
Vestido con una parka forrada en piel, confeccionada por su mamá, y con un celular en la mano, Owen Watson da un recorrido por su ciudad, Iqaluit, en el territorio de Nunavut, en el extremo norte de Canadá. Todavía hay nieve en el suelo en mayo, aunque los días ya son más largos en este lugar conocido por sus espectaculares vistas de auroras boreales. “Ese lugar azul claro es la escuela a la que solía ir”, dice Owen, de 12 años, de la estructura cerrada detrás de él. Después se vuelve hacia el patio de recreo. “No debemos jugar allí ahora”. Rodeado de ríos, lagos y el océano, lleno de trucha alpina, su padre, Aaron Watson, dice que el nombre de su ciudad significa “peces” en inuktitut, el idioma que hablan los inuit, como Owen, su mamá y su hermana. Su papá es originario de Stratford, Ontario, y trabaja en la industria del turismo en Nunavut. 27/05/2020 - 00:0014 / 14