Drama, muerte y pobreza: Así viven los pescadores de La Mosquitia
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Con más de 60% de sus nueve millones de habitantes viviendo en la pobreza, Honduras es uno de los países más pobres en América Latina. Y la Mosquitia una de las áreas aún más desamparadas. En esta zona, la pesca de langostas es el único medio de supervivencia, pero también un camino a la muerte. 04/07/2019 - 00:001 / 13 -
La necesidad lleva a los lugareños de La Mosquitia a pasar horas bajo el agua (muchas más de las recomendadas) por los que cientos de hombres se han convertido en víctimas del 'síndrome de descompresión', un padecimiento que puede causar parálisis o incluso la muerte. Fotos. Agencia AP. 04/07/2019 - 00:002 / 13 -
Entre la vegetación tropical de la costa Caribe, la región está salpicada de pequeñas aldeas pesqueras donde indígenas viven en casas de tablas de madera y techos de lámina. Fotos: EL HERALDO. 04/07/2019 - 00:003 / 13 -
La jornada de ocho meses, que comprende la luz verde que se da a la pesca de langosta en las aguas color verde esmeralda que bañan al departamento de Gracias a Dios, comenzó en julio. Sin embargo, con el inicio de las faenas arranca también el comienzo de todo un período que en más de una ocasión ha dejado luto y dolor para centenares de familias. Fotos: EL HERALDO. 04/07/2019 - 00:004 / 13 -
Como el departamento de Gracias a Dios es un sector olvidado, sin oportunidades de empleo y sin control del gobierno, los dueños de botes pesqueros y sus capitanes han encontrado en Puerto Lempira y otras comunidades costeras una abundante fuerza humana que puede explotar hasta el agotamiento y el fracaso. Foto: EL HERALDO. 04/07/2019 - 00:005 / 13 -
El síndrome de descompresión es tratable. Cuando las personas lo sufren, se recomienda una terapia en una cámara hiperbárica, donde los pacientes respiran más oxígeno del que podrían respirar bajo la presión normal del aire con el propósito de restaurar los tejidos. En la imagen, Misael Banegas, paralizado por el síndrome de descompresión, es levantado por un terapeuta físico para llevarlo a una cámara hiperbárica en el hospital de Puerto Lempira, Honduras. Foto: Agencia AP. 04/07/2019 - 00:006 / 13 -
Los botes, donde pasan días jugando cartas o charlando entre ellos cuando no están buceando, suelen tener equipo de seguridad rudimentario y utilizan tanques y máscaras gastadas por los años. Fotos: EL HERALDO. 04/07/2019 - 00:007 / 13 -
No es claro cuántos se han visto afectados por el síndrome, pero todos coinciden en que es un gran número para esas pequeñas comunidades. Fotos: EL HERALDO. 04/07/2019 - 00:008 / 13 -
Según Cedrack Waldan Mendoza, el fisioterapeuta que opera la cámara hiperbárica donde se tratan los buzos, la difícil situación económica de los buzos no ayuda a combatir el problema: “Algunos así como están regresan al buceo; uno se los encuentra en la calle y les pregunta por qué van y ellos responden que es porque sus hijos tienen hambre”, cuenta. Foto: Agencia AP. 04/07/2019 - 00:009 / 13 -
Cada minuto que pasa desde el momento que un buzo sufre del síndrome de descompresión vale oro. Sin embargo, en la mayoría de casos, los pacientes llegan 24 o 48 horas más tarde desde el primer síntoma de mareo o parálisis que siente el paciente. Foto: Agencia AP. 04/07/2019 - 00:0010 / 13 -
En la Mosquitia, el buceo es parte de la vida cotidiana. En la aldea pesquera de Kaukira, los fieles son llamados a misa con el sonido de un martillo que golpea un tanque de oxígeno vacío en lugar de una campana. Foto: Agencia AP. 04/07/2019 - 00:0011 / 13 -
Los buzos son el eslabón más vulnerable y vital del engranaje que hace funcionar la industria de la langosta. En esta fotografía del 2 de septiembre de 2018, Sonia Willis (izquierda) llora sobre el ataúd que contiene los restos de su hijo de 31 años, el buzo misquito Oscar Salomón Charly, durante un velorio en su casa ubicada en Cabo Gracias a Dios, Nicaragua. Foto: Agencia AP. 04/07/2019 - 00:0012 / 13 -
Entre los buzos de La Mosquitia sólo existe el subir y bajar, tan profundo como sea posible y tan rápido como se pueda, todo con tal de conseguir la mayor cantidad de langosta, un codiciado producto de exportación, sobre todo hacia Estados Unidos. Un buzo recibe 75 lempiras (tres dólares) por una libra de langosta y unos siete lempiras (28 centavos de dólar) por cada pepino de mar. Foto: Agencia AP. 04/07/2019 - 00:0013 / 13