Los Ángeles, EEUU
Jeff Bridges recién ganó su primer Oscar a los 60 años, pero la historia del cine siempre lo respetó como una de las más grandes estrellas de Hollywood. Y con él estuvimos en el hotel Four Seasons de Beverly Hills para hablar sobre su vida en comparación con la nueva producción The Giver y la verdadera historia de una película que tardó casi 20 años en llegar al cine.
¿Es difícil mantener la misma pasión en la actuación después de tantos años de trabajar en Hollywood?
Ya tengo 64 años y todavía me muevo bastante bien, pero me quedan pocas balas, el tiempo tiene un límite. También tengo muchas ideas que quiero concretar y es lo que genera cierta clase de presión.
Tengo una pequeña voz por encima de los hombros, como los dibujos animados de Disney, con un personaje que tiene alas y otro con cuernos, aunque en mi caso los dos son ángeles (Risas). Uno siempre me dice “Vamos, mejor que salgas a trabajar, hay mucho por hacer”. Y el otro me dice “Vamos Jeff, descansa. ¿Vas a pasarte la vida como si fuera una gigante tarea del hogar?”. Y trato de encontrar un balance, pero mi esposa... se vuelve loca.
¿Con tantos años de actuación sobre los hombros, los jóvenes actores se acercan a buscar algún consejo o usted los ofrece al menos?
Y sí, los ofrezco. Pero también improvisamos, como si tocáramos música. Mi padre Lloyd Bridges fue el que me enseñó los puntos básicos de la actuación. Todavía me acuerdo cuando conseguí un personaje en The Sea Hunt y él me puso en la cama para decirme “Ahora, necesitas hacerlo como si fuera la primera vez, pero presta atención, no digas solamente tu diálogo cuando yo dejo de hablar. Lo que yo te diga puede informar la forma en que vayas a decirlo”.
Pero yo realmente aprendí viendo cómo mi padre trabajaba y disfrutaba haciendo lo que tanto amaba. Después trabajamos juntos dos veces, en Tucker y Blown Away. En las dos películas, cada vez que papá entraba al estudio se sentía un juego.
Y era contagioso, donde todos terminaban sintiendo que el trabajo es realmente divertido. Uno está mucho más tranquilo cuando se siente que todo es un juego y lo bueno sale solo. Por eso siempre me gusta jugar en los estudios de cine.
¿Es verdad que le llevó 20 años filmar esta película?
Es un poco exagerado, pero 18 años, seguro, sí. En un principio yo había querido dirigir la película The Giver con mi padre, Lloyd Bridges. Quería hacer una película con él, que mis hijos también quisieran ver, porque en ese entonces todavía eran muy jóvenes.
Fue un libro que encontré buscando un catálogo de libros infantiles y cuando vi la portada me pareció grandioso. Lo leí y me sorprendió que me gustara tanto un libro infantil. Pensé que podía ser una buena película y por eso quería hacerla.
¿Y qué se siente haber vivido lo suficiente para ocupar ahora el personaje The Giver que en ese entonces iba a personificar su padre?
Y sí, hoy finalmente califico para ser el viejo de la portada del libro original. Es gracioso, pero se siente genial. El éxito en el cine siempre depende de los actores y el director que se eligen. Y en este caso cada puesto se llenó a la perfección. La película superó mis expectativas.
Además de Meryl Streep y Katie Holmes, en la película trabaja una de las cantantes juveniles más populares, Taylor Swift. ¿Qué tan buena es ella como actriz? Taylor es excepcional. Llegó en avión el primer día de trabajo y aunque estoy seguro que estaba cansada, enseguida se puso los zapatos de actriz. Yo era el que estaba cansado y ella fue muy profesional. Espero que siga con la actuación, porque me parece que es muy talentosa, además de ser tan buena como cantante y compositora. Es maravillosa.
¿Y con una película donde los jóvenes tienen tanta importancia, podemos compararla con otros éxitos como The Hunger Games y Divergent?
Es interesante porque esas dos películas fueron la inspiración de este libro. El tono de las dos películas son bastante diferentes. Está el suspenso y la acción de amor en nuestra película, pero los temas son mucho más profundos.