Entretenimiento

El español: once siglos en la historia de la humanidad

Hoy se celebra el Día del Idioma Español en honor a Miguel de Cervantes Saavedra.

23.04.2013

El español es producto de un enorme mestizaje cultural.

Ubicando geográficamente la zona donde surgió la lengua, esta tuvo sus primeras manifestaciones en la península ibérica, específicamente en el Reino de Castilla y León.

Y en el marco de la celebración del Día del Idioma Español, le mostramos en resumen los procesos que se dieron en este territorio donde nació el idioma que hoy hablamos, y su posterior expansión por el descubrimiento de América.

La península del mestizaje

La península que ahora es ocupada en su mayor extensión por Portugal y España fue poblada inicialmente por los iberos.

Posteriormente llega a este territorio un pueblo proveniente de Europa Central, los celtas, que llegaron a la península “no con ánimos de conquista sino con ánimos de mezclarse”, dijo Juan Antonio Medina, docente de literatura y asistente de la rectoría para Asuntos Académicos y Culturales de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).

Los iberos y los celtas se mezclan y de ambas lenguas surge una nueva, llamada la lengua celtíbera.

Después aparecen en el mapa los fenicios, ellos “aportan en primer lugar un alfabeto, porque son los inventores del alfabeto, y aportan su lengua, sus costumbres y sus tradiciones culturales, y ahí sucede otra mezcla”, detalló.

Después de los fenicios llegan a la península los griegos, que antecedieron a los cartagineses. “Cartago se constituye en un momento dado en el dueño del Mediterráneo, e invade todas las orillas del Mediterráneo y va a imponer su lengua, sus costumbres y tradiciones a pobladores de una península en la que ya ha habido esta mezcla”.

El mestizaje no termina ahí, porque los romanos llegan a la península y con ellos el latín. Roma tendrá una ventaja sobre cualquiera de los otros pueblos que llegaron a este lugar, y esta es su lengua.

“El latín es una lengua que tiene un rasgo esencial, es aglutinante y absorbe lo que le conviene de otra lengua y rechaza lo que no le interesa, el latín se va a asentar. Era la lengua franca en ese momento, la lengua del imperio, los cartagineses pasan a segundo plano, les destruyen Cartago, y Roma se apodera de la península”.

La romanización y latinización de la península ibérica por parte del Imperio romano inició en el siglo III a. C.

El poderío de los romanos entra en decadencia y a esto se suma la invasión de los bárbaros en la península. Es así que los romanos “van a ser desplazados por los godos, visigodos, los suabos, los alanos y los vándalos”.

El vocabulario de estos pueblos se impone en la península, no descartando al latín y los demás, sino mezclándose.

“Lo interesante es que desde antes de que aparezcan estos pueblos del norte los romanos tenían dos tipos de latín: el latín culto, que era el que hablaba la aristocracia, los filósofos y los funcionarios, y el latín vulgar, que era el que hablaba la soldadesca”, dijo Medina.

Y ese latín vulgar se mezcla con las lenguas vernáculas de la península “y produce lo que se llama una lengua romance (gallego, castellano, portugués, catalán, italiano, francés, occitano, sardo, rumano, aragonés, asturiano, mozárabe, etc). El latín no destruye la otra lengua sino que simplemente incorpora lo que le conviene, y eso es lo que lo que va a hacer el español en la conquista de América”, señaló nuestro entrevistado.

A la península llegará otra invasión de África, ellos son los moros, lo que significa que el árabe se suma a todo este meztizaje que venía sucediendo.

“Los árabes permanecen ocho siglos en España y aportan a las lenguas de la península una enorme cantidad de vocablos”.

Medina señaló que aproximadamente el 5% del español es de origen árabe, lo que incluye palabras como almohada, alcalde, alcaide, zaguán, azúcar, almacén e incluso ojalá, que viene de la frase “iaw sha’a Allah”, que significa “si Dios quisiera”.

“De manera pues que el árabe va a dejar una huella hasta el momento dado que los pueblos del norte, particularmente Castilla, se les enfrenten y terminen sacándolos de la península en 1492”.

Ese mismo año ocurre un hecho importante que ya sale de los límites de la península: el descubrimiento de América, hecho histórico que reproduciría el mestizaje lingüístico, esta vez con las lenguas amerindias.

El español en América

Los primeros rasgos del castellano (lengua romance) se remontan al siglo X d. C., en la península ibérica. Y en América esta lengua fue traída por lo españoles en el siglo XV.

Ese proceso de expansión del español al llamado nuevo mundo propició cambios sustanciales en la lengua gracias al contacto del español con las lenguas indígenas, estos acontecimientos intervinieron de forma decisiva en el curso de la historia de la lengua.

Las lenguas que tendrían influencias en el entonces castellano serían aquellas provenientes de pueblos culturalmente fuertes, “a nivel de Mesoamérica serían el náhuatl y el maya, y en Sudamérica estarían por ejemplo el quechua, un poco el aimara y también estaría ahí el arauaco, que son lenguas de las grandes culturas en América”, expresó Ramón Hernández, lingüista, investigador y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

La influencia de las lenguas indígenas es notable más que todo en nombres de plantas y animales.

Es así que del náhuatl (lengua azteca) se encuentran en el español palabras como aguacate, chocolate, chile, atole, guacamole, petate, tamal, tomate, zapote y zacate, y los topónimos Ilametepeque, Siguatepeque y Choluteca, entre muchos otros.

La Real Academia Española (RAE) ha aceptado aproximadamente 200 préstamos del náhuatl al español, los cuales son utilizados en su mayoría en Norte y Centroamérica, ya que en el Sur del continente hay más influencias de otras lenguas indígenas propias de la región.

Para el caso, del arauaco están las palabras huracán, canoa y ají (chile en México y Centroamérica), entre otras. Del quechua, por ejemplo, proviene la palabra “china”, para referirse a niñera.

“Del maya tenemos la palabra cusuco, aunque hay menos presencia del maya en el español. Pero incluso habría que hacer la distinción que algunas palabras no provienen directamente del maya, por ejemplo maíz, que es tan mesoamericano, pero que realmente no vienen del maya ni del náhuatl, esa es una palabra de origen antillano”, detalló el lingüista.

Lenguas indígenas hondureñas

En relación a la influencia de la lenguas indígenas en el español, es prácticamente nula, “aportes de las lenguas indígenas hondureñas al español no hay”.

“En Honduras no tenemos esa lengua, a excepción del maya, que sí se hablaba en gran parte del occidente del país, pero en el caso del lenca pues no tiene ese desarrollo cultural, sin embargo, podemos encontrar algunas palabras como guancasco, pero su área de influencia es aquí, nada más a nivel del país, y quizá soropo, cusuco, sombrero, que habría que ver todavía hasta dónde es lenca, y nada más”, señaló Hernández.

Las lenguas son impuras

Así como las lenguas indígenas han hecho sus aportes al español, lo mismo sucede en la actualidad cuando los hablantes adoptan términos de otros idiomas, como el inglés.

Muchos hispanohablantes muestran sus temores ante estas intromisiones que adulteran la “pureza” de la lengua, no obstante, los especialistas en el área consideran que no hay nada que temer, que por mucho que se adopten palabras de otras idiomas las raíces del español no se pierden.

“El español es una lengua en constante evolución, en constante expansión, que ha perdido afortunadamente el purismo de la RAE para hacer lo que es una lengua, porque no hay un fenómeno más impuro que la lengua. Las lenguas puras solo son las muertas, y quien pretenda hoy que se enseñe en la escuela un español con el purismo debido comete un gran error”, enfatizó Juan Antonio Medina.

A criterio de la lexicóloga y catedrática de la UNAH, Hilcia Hernández, “el español es una lengua universal, y hay que recordar que el fenómeno de la migración va a tener mucho impacto, de hecho la gente que viene deportada de Estados Unidos trae toda una mezcla, llamada ahora el spanglish, que es una palabra que ya muy pronto vamos a tener en el diccionario, y que hace referencia al híbrido del español e inglés. Diríamos que el español es una lengua universal, y no se trata de copiar sino de lo que compartimos, porque compartimos muchas palabras”, puntualizó.

De esta manera, detener el proceso de evolución de una lengua es limitar a los hablantes, cuestión que impide el desarrollo de la misma, la cual se caracteriza por la riqueza de palabras y significados, los cuales son velados por las 22 academias de la lengua.

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