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IV Bienal de Honduras: Arte que integra y propone

Lucy Argueta, Gabriel Vallecillo, Lester Rodríguez, Fernando Cortés, Jorge Oquelí y César Chinchilla participarán en la VIII Bienal de Artes Visuales del Istmo Centroamericano.

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14.09.2012

Las instalaciones del Museo para la Identidad Nacional (MIN) lucieron abarrotadas en la inauguración de la IV Bienal de Artes Visuales de Honduras, y el nerviosismo estaba presente en cada uno de los artistas porque las obras que con tanto cuidado y responsabilidad habían preparado durante meses aguardaban en cada una de las salas que minutos después recibirían a los invitados.

En la noche de inauguración se dieron a conocer los nombres de los seis artistas seleccionados para representar a Honduras en la VIII Bienal de Artes Visuales del Istmo Centroamericano, que se celebrará en Panamá en 2013.

Los escogidos fueron Lucy Argueta, Lester Rodríguez, César Chinchilla, Jorge Oquelí, Gabriel Vallecillo y Fernando Cortés. Los artistas mostraron la satisfacción que se siente al coronar sus proyectos con la oportunidad de representar a Honduras fuera de nuestras fronteras patrias.
Simultáneamente, en las salas de la Galería Nacional de Arte (GNA) se exhibían las obras tanto de artistas participantes como de invitados.

Los exponentes del arte contemporáneo durante varios meses prepararon sus propuestas, las cuales enriquecieron con la ayuda del comité consultivo integrado por el historiador de arte hondureño Gustavo Larach, la historiadora española Náusica Sánchez, la crítica de arte María Veliz, de Cuba, y la artista Betsabeé Romero, de México.

El recorrido

En una de las salas del MIN se observa en el fondo una pantalla donde está proyectado un video en blanco y negro, al frente una mesa con utensilios, esta es la video-instalación “La cena”, de Fernando Cortés, donde una familia lenca comparte una cena mientras ríen y platican. El video es mudo para que el espectador saque sus propias conclusiones.

En otra sala hay un camino con lienzos, sobre ellos ropa en proceso de descomposición y al fondo un video; esta es la obra “Merma”, de Lucy Argueta, con la que busca provocar una reflexión sobre las relaciones que el humano establece entre lo corporal, lo temporal y lo espacial, para crear una “arqueología de la memoria”.

A unos pasos están las obras de Legan Rooster: “H1”, “H2” y “H3”, tres pinturas en óleo y acrílico sobre lienzo, en las que refleja cómo ve a Honduras estando dentro y fuera de sus fronteras.

En otro salón está la obra “Mecanofagía”, de Lester Rodríguez. El eje de su proyecto es la industria, ubicada en el contexto hondureño: la producción de palma africana, vista desde su objetivo de satisfacer las demandas del mercado y sus incidencias en el bienestar social.

En medio de la sala hay un camino de tierra y en él reposan mochilas amarillas. esta es la obra “Siguiendo el camino amarillo”, de Leonardo González. Ella representa la migración y las historias que quedan en el camino hacia un hogar ajeno; el artista vincula su obra con el cuento del “Mago de Oz”.

En el otro extremo de la sala está el Proyecto Red Glare, una instalación de pintura, objetos y audio de César Chinchilla. El artista creó un juego interactivo entre íconos distantes para establecer diálogos y puentes. Las formas, proceso e historia están presentes en cada pieza, la cual parodia el origen de los signos.

Nos trasladamos a la GNA, donde se expone la obra “Alimento”, de Jorge Oquelí. El performance es una obra luminosa y esperanzadora donde el autor involucra a la gente que transita por el parque Central. En ella busca crear un vínculo entre la naturaleza y la mente, y una relación entre el mito y la consciencia de estar vivos.

En la pared de otra sala se proyecta “Naturaleza muerta”, una animación de Hugo Ochoa. La obra plantea el papel que ha tenido en la historia el monocultivo del banano.

Dominic Ayuso, en su obra “Sucesos”, muestra la situación decadente y violenta que vive nuestra sociedad.
Ahora veamos “Precipitación de ternura”, de Gabriel Vallecillo. El artista hizo una representación de la desilusión histórica que ha vivido Honduras y la impotencia de expresarse en una sociedad sumida en la violencia y la corrupción. En su obra, las personas y los muros lloran en silencio.

En “El jardinero”, César Manzanares remite al espectador a la violencia y la inminente presencia de la muerte.

“Los trabajos artísticos reunidos en esta IV Bienal nos sitúan ante los intersticios de nuestra comunidad dividida, nos llevan a las orillas del río de nuestra historia y nos invitan a su fuego transformador. Su abrumadora ambigüedad nos exige evaluar el sentido de los espacios que nos separan, trastocarlos en la imaginación e imaginar así la comunidad que podríamos formar”, expresó Gustavo Larach.

Bienal de Honduras

Este evento artístico es organizado por Mujeres en las Artes Leticia de Oyuela (MUA) y patrocinado por banco Promerica y fundación Ortiz-Gurdián. Estará abierto hasta el 13 de octubre.