TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Hace más de una década la capital adoptó a los buses rapiditos como una prometedora apuesta de modernización, pero en el presente la realidad es otra.
Esto porque a pesar de cobrar el doble que los buses amarillos, con un costo 13 lempiras por pasajero, “los servicios de estas unidades son igual o peores” que sus antecesores, según opiniones de los capitalinos.
“Vale más que prometían seguridad, cámaras y yo no sé qué, pero la verdad es que aquí uno se juega la vida. Parecen que llevan animales o bestias, no son conscientes de que llevan seres humanos”, manifestó Sandra Canales, una capitalina.
Mientras que para otros ciudadanos esta es “una gran estafa”, porque están pagando seis lempiras y siempre les toca ir parados.
“Pregunto, ¿hay autoridades en este país?, mire aquí son tan bárbaros de cobrarnos 13 pesos y llevarnos parados toda la ruta, !esto es una estafa, ombe!, deberían sancionar a estos irresponsables”, dijo don Obdulio Medina, usuario frecuente del transporte.
Estas quejas son comunes entre los pasajeros porque sin importar la ruta la situación es igual: no hay seguridad, no hay cámaras, ya no existen las barras electrónicas y en vez de actualizarse el sistema, todo quedó desfasado.
EL HERALDO viajó dentro de estas unidades y constató que un rapidito puede generar más de 450 lempiras si llena el bus en un punto, y que un bus amarillo solo deja 420 lempiras, aunque tenga el doble de pasajeros.
Aunque todos los conductores que pensaron que el tráfico vehicular disminuiría, la situación se volvió peor, el caos se desató más y algunas de estas unidades se atraviesan en entradas y salidas.
“Este es un hospital y no respetan que hayan ambulancias o emergencias. No comprendo cómo no puede haber orden a las afueras del San Felipe, esos majes están cruzados y nadie les dice nada”, lamentó Roger Ochoa, conductor.
Los dirigentes del transporte aseguran que esto se da porque hay una carencia de mano de obra que cuide de estas unidades y de los pasajeros. Tampoco voluntad del gobierno por ayudar.
“Debemos tomar lo que existe porque no tenemos una mano de obra calificada o certificada y los que existían se fueron por temor a los grupos delictivos”, indicó uno de los representes del rubro.
Otro titular opinó que “falta voluntad del gobierno por ayudarnos a modernizarnos, creo que todos deberíamos apostarle al mismo rumbo porque solo no podemos”.
Mediante la solicitud de información SOL-IHTT-84-2022, EL HERALDO conoció que el sector transporte de la capital recibió 601,143,485 lempiras a través del Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT), entre agosto del 2018 al cierre del 2022.
Los datos indican que en menos de cinco años este rubro recibió 300 mil lempiras por día para más 13,000 unidades como bonos compensatorios.
Autoridades hablan
Ante la consulta que se hacen muchos capitalinos de por qué no existe un cuidado o respeto para el usuario, Rafael Barahona, comisionado del IHTT, respondió que “el transporte de pasajeros ha costado más porque los concesionarios no han enviado a sus transportistas a certificarse y este es el problema que hay con la modalidad de transporte a nivel de buses y taxis”.
Aseguró que como entidad aplicarán las medidas coercitivas que nos da la ley, sanciones, en virtud que no ven una respuesta de los concesionarios. De las pruebas de certificación realizadas el 90% pertenece al transporte pesado.
Por su parte, la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNTV) informó que la mayoría de estos transportistas “no tienen emitida una licencia de manejo”.
Bessy Marín, portavoz de la DNVT, dijo que “mediante operativos identificamos que estos conductores de las unidades nunca han solicitado un permiso de conducir y eso indica que no están certificado”.
Marín indico que ya han decomisado varios buses debido a las faltas que cometen los transportistas, porque llevan sobrecarga de pasajeros, no respetan los límites de velocidad y llevan puertas abiertas.
