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Sal si quiero, una revolución gourmet en la cocina hondureña

Desde Sal si Quiero, Eva Carolina Gómez, Juan Carlos Fernández y Miguel Ávila ofrecen un viaje sensorial por la cocina hondureña

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08.01.2018

Tegucigalpa, Honduras
Enfrascar el exquisito aroma de hierbas, junto a la embocadura del vino y la intensidad del ajo y la sal, es tan solo una de las ingeniosas propuestas que ofrece la cocina experimental de Sal si Quiero.

La microempresa de sales saborizadas entrega un viaje sensorial a través de hierbas provenzales, especias y sales hondureñas.

Con apenas un mes en el mercado, este proyecto encabezado por Eva Carolina Gómez, Juan Carlos Fernández y Miguel Ávila está diversificando la cocina tradicional con una cartilla de 90 recetas artesanales, donde funcionan más de 50 ingredientes con sales sureñas.

Claves del éxito
Tras diversas pruebas y errores en el desarrollo de sus recetas, los creadores de Sal si Quiero concluyen que la experimentación, empeño y desenvolverse en un segmento que les apasiona son puntos básicos para el éxito de su microempresa.
“Nuestra combinación de sales saborizadas invitan a viajar por nuestra gastronomía local, pero también por el mundo a través de una alquimia de aromas y sabores que, al fin de cuentas, nos transportan a nuestra infancia o a nuevos lugares con pizcas de exotismo y aventura”, explica Gómez.

Sal si Quiero, entre sus principales combinaciones, fusiona, con las sales del sur de Honduras, la albahaca, culantro, perejil, comino, limón, paprika, chiles, semillas, entre otros.

Las redes sociales (@Salsiquiero en Facebook e Instagram) son el medio de venta de la microempresa en auge.
Además de embotellar emociones, de jugar con diversos sabores y elaborar a la carta aromas impregnados, esta microempresa ll ega con etiqueta saludable: reducir el consumo de sodio.

“Desde que los tres amigos consolidamos el proyecto en julio de 2017, fusionamos la personalidad e influencias culinarias de cada uno y logramos crear más de 100 combinaciones que hacen de los platillos una opción más saludable -ya que con su utilización se reduce el consumo de sal- y una irresistible carta de sabores y aromas”, apunta.

Con 60 mil lempiras de inversión, en un primer lote se comercializaron siete variedades de sales gourmet, entre ellas Chica humo, Vino y verás, Pio pio, Frijolera y Chancha.

A futuro los emprendedores que se declaran amantes del arte culinario buscan ampliar la cartilla, experimentar con ingredientes internacionales y penetrar en el mercado local.