Honduras

Héroes sin capa que cambian vidas

En San Marcos de Colón, 184 niños que viven en condiciones de pobreza estudian con apoyo de padrinos que no los conocen, pero sí saben qué necesitan

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09.03.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La alegría se refleja en sus inocentes rostros y en el horizonte un halo de esperanza comienza a formarse abriendo el camino de la superación, de la equidad y la justicia.

Son niños de extrema pobreza que han encontrado solidaridad en buenos hondureños que, sin siquiera conocerlos, les brindan apoyo económico con lo cual compran sus útiles escolares, mochilas, zapatos y uniformes para ir “presentaditos” a la escuela.

Tienen el entusiasmo y el espacio para crecer, para salir adelante y en un futuro ser ciudadanos de bien, útiles a su familia y a la Patria. Son realmente víctimas de un sistema en el que la exclusión y la injusticia van de la mano.

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Niños aún no tienen padrinos
de un total de 250 que forman
parte de la organización.



Este panorama se puede constatar en San Marcos de Colón, Choluteca, donde unos 250 niños forman parte de esa larga lista de apadrinados o que buscan encontrar a alguien que los apoye, que se solidarice.

Y 184 de ellos ya hallaron el respaldo de personas, entre extranjeros y nacionales, que dijeron sí a la solicitud de tres mil lempiras anuales por cada párvulo apadrinado.

Detrás de este noble proyecto está la joven madre Carolina Tercero, originaria de la aldea San Francisco, en la jurisdicción de San Marcos de Colón. Su niñez la vivió bajo condiciones de extrema pobreza, pero Dios le puso una familia estadounidense que la apadrinó y logró superarse académicamente. Hoy, con sus esfuerzos, está luchando para que otros sigan su ejemplo. Y la lista ya llega a 250 infantes.

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Tercero tiene en Estados Unidos una aliada de la solidaridad y la justicia: Amy Dobbs Thompson, quien se encarga de conseguir padrinos en aquel país. Estas dos mujeres crearon la organización sin fines de lucro Hugs For Honduras, a través de la cual se canaliza la ayuda.
“La idea se maduró durante una brigada dental que trajo a mi pueblo, San Marcos de Colón, a finales de 2014 la doctora Thompson.

Ella decidió apadrinar una niña de la comunidad de Barranquilla llevándola al mercado a comprar lo necesario y así sacar un presupuesto”, relató Tercero.

“Los padrinos generalmente surgen de amigos nuestros de varios lugares ya que publicamos a menudo en Facebook cada niño que recibe una ofrenda, cada vez que viajo al extranjero llevo historial de varios niños y visito iglesias y clubes rotarios para conseguir padrinos”, añadió.

Dijo que a cada niño se le dota de un uniforme para diario, un uniforme de física, un par de tenis, un par de zapatos hechos a mano, una camiseta, un par de calcetas, una mochila y el valor de 10 dólares en útiles.

Responsabilidad
A los padres se les pide como condición que manden a sus hijos a la escuela y a estos que se esfuercen por sacar buenas notas. Pues el hecho de ser pobre, aún con limitaciones, no es motivo para no estudiar y tener metas.

Óscar Matute es otro sanmarqueño de buen corazón que se ha sumado a la labor que realizan estas dos mujeres. La ayuda, dijo, “viene a cubrir una responsabilidad institucional”. Con este proyecto “se seleccionan niños con verdaderas necesidades de todos los colores”.

A su criterio, desde la Secretaría de Salud se debería de apoyar y complementar estas acciones. De manera silenciosa, este programa benéfico contribuye a evitar la deserción escolar y tiene un solo ingrediente: no es político.

Para contactar

Para apadrinar a un niño pobre que quiere superarse
a través de la educación se puede contactar a la
doctora Amy Dobbs Thompson/
dramy@thompsondentistry.com o Carolina Tercero
caroltercero@yahoo.com.