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Un nuevo acuerdo con el FMI

El pasado primero de julio el Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó el Acuerdo Stand By con Honduras con vigencia de dos años.

A pesar de opiniones encontradas, la firma de este acuerdo es un paso importante para asegurar que en los próximos dos años las autoridades tratarán de mantener la disciplina fiscal que es necesaria para mantener un marco macroeconómico estable y cumplir con algunos indicadores complementarios que, de alguna forma, dan un mensaje positivo al sector privado y a la inversión.

Recordemos que dentro de dos años estaremos dando inicio al frenesí político, con el riesgo, como ha sucedido en varias ocasiones, de que se pierda la disciplina fiscal.

Según el análisis presentado al Directorio, las condiciones macroeconómicas siguieron siendo estables en el año 2018, con un crecimiento del PIB de 3.7%, aunque inferior al del año anterior, debido a las condiciones adversas en el intercambio comercial. Un factor importante fue el dinamismo del consumo privado, incentivado por el fuerte crecimiento de las benditas remesas familiares.

La inflación se mantuvo relativamente estable y dentro del rango proyectado, pero el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos se incrementó a 4.25% del PIB, debido a la caída en los precios del café y otros productos agropecuarios.

El déficit del Sector Público no Financiero alcanzó 0.9% del PIB, en línea con la meta establecida en la Ley de Responsabilidad Fiscal, a pesar de la pesada carga que representa el déficit de la ENEE.

Hacia el futuro, los compromisos de las autoridades apuntan a la estabilidad macroeconómica, impulsar reformas institucionales para promover un crecimiento económico inclusivo, poner a la ENEE en una posición sostenible, dejar espacio para la inversión y el gasto social, fortalecer la política monetaria, implementar reformas que mejoren el clima de negocios y la gobernanza, incluyendo el fortalecimiento de la lucha contra la corrupción. Adicionalmente, revisar exhaustivamente las exoneraciones y continuar mejorando el cumplimiento fiscal.

Lo realmente notable de este acuerdo es que el FMI, que tradicionalmente solo se ha preocupado de la estabilidad macro, ahora está incluyendo algunos temas que siempre se han considerado torales para el país, como ser reducir la inequidad y los altos niveles de pobreza, que según los directores se ha mantenido en alrededor de 60% por más de veinte años, combatir la corrupción, fortalecer el cumplimiento de la ley, continuar reduciendo la violencia generalizada que afecta a gran parte de la población. Adicionalmente, reducir problemas estructurales como la alta informalidad y la fuerte dependencia en la agricultura.

Será interesante ver cómo hará el FMI para dar seguimiento y evaluar el progreso real en temas que han sido un gran lastre para el país por tantos años, como ser la corrupción y la impunidad que son males endémicos, el cumplimiento de la ley y lograr un presupuesto inclusivo, que se aparte de la empleomanía y de proyectos concebidos para beneficio de unos pocos. Esperemos entonces las medidas y acciones que tomen las autoridades para evaluar hasta dónde hay voluntad de cumplir con los temas que se apartan de las metas cuantitativas.