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Precariedad laboral y trabajo a medio tiempo

Para Aristóteles el esclavo es un instrumento viviente, de ahí que cuando surgió la revolución industrial el trabajo humano se consideraba casi como una prolongación de la máquina o como una subordinación de los músculos a los equipos de trabajo. Eso explica que en las condiciones de dureza del trabajo en los inicios del capitalismo al trabajador no se le pudiera tratar como un ser libre.

El desarrollo de la ciencia y la tecnología han tenido un gran impacto no solo en el rendimiento del trabajo, sino que en los descubrimientos de fármacos y en el desarrollo de la medicina que influyeron en el crecimiento demográfico, que permitió, a juicio de C. Marx, formar un “ejército industrial de reserva”, que eran grandes núcleos de personas desocupadas, que no encontraban trabajo en las fábricas. Esta situación favorecía la baja de los salarios al disponer, los empresarios, de una reserva laboral que le permitía realizar despidos masivos, cada vez que los trabajadores cesanteados podían ser sustituidos por una abundante mano de obra.

Lo señalado es una característica del mundo del trabajo que no ha cambiado, por el contrario, con la consolidación de los procesos de globalización económica la precarización del trabajo asalariado se volvió una práctica cotidiana, aun en aquellas actividades laborales que exigen una mayor calificación del trabajador.

Con el aparecimiento de la máquina, primero en la industria textil y luego en otras actividades, surgieron protestas de trabajadores que vieron en la máquina su principal enemigo. En estas condiciones surgió el movimiento ludista (1811-1816), que era impulsado por obreros y artesanos que promovían la destrucción de estas, por considerar que habían venido a desplazarlos. Fueron los teóricos del movimiento obrero quienes explicaron que el problema no estaba en las máquinas sino en el tipo de relaciones sociales de producción que se establecían en el capitalismo, relaciones de explotación y dominación.

El desarrollo incesante de la tecnología y las formas de extracción de ganancia del trabajo, convertida en una mercancía, ha permitido que en la actualidad haya mucha precariedad, manifestada en desempleo y empleos de baja remuneración, para lo cual, los trabajadores asalariados, al haber perdido la influencia que tenía en el pasado el movimiento obrero organizado en sindicatos, no se estén dando las respuestas adecuadas, es más, en muchos casos no se tiene ni la idea de cómo hacerlo.

La precariedad laboral en Honduras son esos millones de personas desempleadas, trabajos de baja remuneración como los casos de las trabajadoras domésticas, empleados de seguridad privada y actividades que han pasado a subarrendarse, volviendo más frágil la situación de los trabajadores.

Es difícil entender que, para defender el caso de los trabajadores por hora o medio tiempo, tenga que recurrirse a prohibir la misma desde el Congreso Nacional de la República, cuando lo correcto sería promover acciones que no vulneren derechos adquiridos. Esto se parece mucho al ludismo.