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Generación Y, la del milenio

La encuesta auspiciada por el Cohep logra detectar actitudes, tendencias y preferencias entre jóvenes cuyas fechas de nacimiento comprenden de 1980 a 1996, siendo útil herramienta de usos múltiples para sociólogos, religiosos, mercadólogos y políticos. Entre los resultados obtenidos, el 52% no tiene preferencias políticas, el 61% no votaría si las elecciones fueran hoy, igual porcentaje consideraría emigrar si encuentra la oportunidad, el 77% considera que Honduras no ofrece ni presenta condiciones adecuadas para salir adelante con una actividad productiva individual. Esta generación está más familiarizada con las novísimas tecnologías e integra redes sociales. Algunos se abren campo, exitosamente, en micro-empresas propias, el 15%, otros en cine, televisión y literatura. Empero, un alto porcentaje no se considera representado ni inspirado por la generación precedente, sin encontrar modelos éticos a los cuales acudir en búsqueda de orientaciones y consejos. Se evidencia una crisis de credibilidad y una brecha generacional entre ambas, con grados de alienación que deben ser atendidos. Preocupa el alto porcentaje que no descarta abandonar su país ante las insuficientes oportunidades laborales, la violencia delincuencial que cobra víctimas entre ellas y ellos, las presiones para ingresar a las maras, los compromisos hogareños contraídos al procrear hijos y no poder enfrentar sus necesidades básicas. En búsqueda de empleo, seguridad y educación, sus principales referentes geográficos son Estados Unidos y España, aunque también intentan insertarse en otras naciones en las que intuyen pueden desarrollar sus potencialidades. Esa sangría permanente, cada vez más severa, de nuestro recurso humano debilita las perspectivas de desarrollo humano y económico para Honduras. Los que se marchan adquieren valiosas experiencias profesionales o vocacionales al desplazarse a ultramar, ¿pero volverán a su patria a radicarse? O, por el contrario, ¿contribuirán con sus aportes a sociedades distintas a la nuestra? Es de desear que este tipo de encuestas se realicen periódicamente, auscultando el pensar y sentir de la juventud hondureña con el fin de comprender sus perspectivas y horizontes existenciales. Esta generación es la que en el cercano futuro tendrá a su cargo los destinos nacionales -honrosa pero grave responsabilidad -, plena de múltiples retos y desafíos que las precedentes no han logrado resolver satisfactoriamente, con lo que se han ido acumulando tornándose más graves y complejos, lo que obliga a repensar lo hasta ahora diseñado y actuado, descartando aquello que demostró ser inaplicable y/o contraproducente para el beneficio colectivo. El destino y porvenir de Honduras y su población es y debe siempre ser el tema fundamental, la preocupación esencial de todos y todas, ayer, hoy y siempre.