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El mundo del trabajo y las nuevas tecnologías

Desde hace décadas se están haciendo advertencias sobre los peligros que representa el desarrollo tecnológico. Stephen Hawking hizo terribles predicciones, cuestión que, a través del tiempo, dejaron de ser hipótesis para convertirse en una realidad que amenaza la propia existencia humana.

Decía el científico británico Hawking que: “A largo plazo, estoy más preocupado por la biología. Las armas nucleares necesitan grandes instalaciones, pero la ingeniería genética puede hacerse en un laboratorio pequeño. No puedes regular cada laboratorio del mundo.

El peligro es que, por accidente o por diseño, creemos un virus que nos destruya”. El desarrollo actual de la tecnología, en muchos casos, una vez creada, adquiere tal independencia que empieza a generar acciones fuera del control humano.

Antes, C. Marx sentenciaba sobre el carácter revolucionario de la burguesía al haber desarrollado las fuerzas productivas a un nivel que ni todos los inventos anteriores juntos se podían comparar con el avance en el capitalismo. No obstante, en sus escritos explicó que la desvalorización de lo humano crece en dirección contraria a la valorización del mundo de las cosas.

Resulta más rentable invertir en tecnología que en la ocupación del trabajo humano o en el trabajo asalariado. Se ha cambiado la forma de producir, pero no se ha implementado una nueva forma de organizar el trabajo. Los trabajadores sufren el desempleo y subempleo de bajos salarios.

El déficit creado a partir del desarrollo tecnológico incesante y la necesidad de crear un mundo de paz es lo que está creando una situación de malestar y descomposición en la sociedad.

Geoffrey Hinton, uno de los padres de la llamada Inteligencia Artificial (IA), abandonó Google arrepintiéndose de su trabajo, para hablar libremente de los riesgos que tiene la IA. Al retirarse ha señalado que “uno de los peligros inmediatos es la divulgación de textos, imágenes y videos falsos con el objeto de darles legitimidad a informaciones mentirosas; dicha situación haría que las personas tengan más dificultad para discernir entre la verdad y un engaño”.

Por otra parte, Hinton reconoció que tiene preocupación por la gran cantidad de personas que en un futuro perderán su empleo debido a que eventualmente las IA podrán sustituir a los trabajadores en distintas actividades. Todos los estudios que se están haciendo sobre el mercado laboral concluyen que en los próximos años se podrían perder millones de empleos.

El propio Einstein, autor de la fórmula de la bomba atómica, reconoció que “cometí un grave error en mi vida cuando firmé la carta al presidente Roosevelt recomendándole que se fabricaran las bombas atómicas”. La justificación vino por la idea que, si no lo hacía Estados Unidos, lo haría Alemania y Einstein no quería eso, en momentos cuando la comunidad judía sufría por las acciones hitlerianas.No se puede rechazar el desarrollo de la tecnología, lo que hay que evitar y luchar es contra de los efectos perversos a la naturaleza y a la sociedad.