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El esclavista de dios

Para conocer a William Walker, mercenario gnóstico fusilado en Trujillo en septiembre 12 de 1860 ––160 años–– es obligado conocer la doctrina del destino manifiesto vigente en Estados Unidos en décadas previas y que naciera desde un artículo escrito por el columnista John O’Sullivan en 1845, a quien se recuerda por acuñar tal término con el fin de apoyar la ocupación ilegal de Texas y Oregon, lares mexicanos.

Decía allí: “El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos asignó la Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y su crecimiento como destino”. Sus seguidores afirmaban que la expansión no solo era buena sino igual obvia (manifiesta) y certera (destino), resumiendo su ideología en la frase “por la autoridad divina o de dios”, que pasó a convertirse con el tiempo en doctrina.

Bajo ese supuesto Estados Unidos se anexa los espacios de Texas (1845), California (1848) e invade México (1846). El presidente Woodrow Wilson prosiguió la política de intervencionismo de EUA en América e intentó redefinir el Destino Manifiesto con perspectiva mundial. De allí que empujara a su pueblo a la primera guerra mundial bajo el supuesto de que “el mundo debe hacerse seguro para la democracia”, correspondiendo tal tarea a EUA.

Sabes esto y de inmediato se comprende por qué en aquel bello país predominan las conductas racistas, que van desde la vana tesis de la “supremacía blanca” hasta intensos movimientos de discriminación sobre grupos humanos ––el Ku Klux Klan fundado cinco años tras el ajusticiamiento de Walker–– o sobre enteras naciones, particularmente de negros, trigueños y amarillos. Eso explica cómo un presidente puede lanzar dos artefactos atómicos sobre objetivos no militares en Japón (pero no en Europa), u 860,000 toneladas de bombas, incluso napalm, contra Vietnam o mantener 60 años de bloqueo contra Cuba a pesar de la oposición del orbe. Ayuda a visualizar los terribles excesos de fuerza de la policía estadounidense contra afrodescendientes en sus propias calles, los insultos del establishment a la indodescendiente Kamala Harris o superficialidades históricas, como el motivo de que John Kennedy no invitara a su amigo Sammy Davis a la toma de posesión: por ser negro.

Walker buscó conquistar Sonora y Baja California (1853), por lo que al fracasar cayó en 1855 sobre Nicaragua, contratado por los “demócratas”, siendo tan exitoso que fue “electo” presidente de ese país. Ante su proyecto de restaurar la esclavitud Costa Rica, apoyado por Honduras, El Salvador y Guatemala, organizaron gran ejército para expulsarlo, dando origen a la Guerra Nacional centroamericana, cuyo general en jefe fue Florencio Xatruch. Vencido volvió y atacó Honduras a pedido de un tal Elwyn de Roatán, quien buscaba evitar que las islas pasaran a dominio hondureño. Se le capturó y tras buen juicio el coronel Norberto Martínez lo extinguió.

Aims McGuiness sentencia que esa derrota filibustera fue la inicial “victoria de América Latina ante el destino manifiesto”. Debió expresar que faltan otras.