Columnistas

Un cuento de año nuevo

31 de diciembre. Las últimas luces de la tarde pierden la batalla contra las sombras de la noche, que ya invaden el codiciado despacho. Pero ahí, asuntos afanosos hacen perder la noción del tiempo…

- ¿Quién anda ahí? ¡Guardias!... ¡Guardias! …

= No habrá respuesta. Nadie más que usted podrá verme y oírme.

- ¿De quién es esa voz? ¿Por qué se esconde?

= Me verá si controla su miedo. No tema, soy un amigo…

- ¿Quién es usted? No le temo. ¡Salga a la luz ahora!...

= Eso está mejor, ya no tiembla. Puede llamarme general.

- Todos los generales me piden audiencia.

= No este general, al que ya puede ver.

- ¡¡¡Dios mío, usted es…!!!

= Sí, y no grite. Los grandes del partido, desde la paz eterna, estamos preocupados por usted. Ha sido muy hábil, pero sigue sin aliados políticos de peso para lo que viene.

-Disculpe, general, no es para tanto. El tiempo es mi aliado de peso. Se dijo que no duraría un año después de la reelección y ahora luce más natural que termine los cuatro. Quizás con más tiempo…

= ¿Qué sabe usted del tiempo? Donde yo vivo ni siquiera existe. Como dijo el poeta, “el tiempo es solo tardanza de lo que está por venir”. Usted carece de lo que cree abundante. Vienen conflictos graves para el país y para usted.

-Me respaldan naciones poderosas que prefieren a quien ya conocen, porque mantiene la paz social y coopera con la seguridad de sus aliados.

= Yo empeñé mi vida política y el juicio de la historia sirviendo durante 16 años a esos aliados, naciones poderosas y ricas compañías. No estoy orgulloso de eso. Y cuando dejé de serles útil, me botaron sin vacilar. Villeda Morales tenía razón: en política no hay amigos permanentes, solo hay intereses permanentes.

¿Qué puede usted dar a los dueños del mundo para que le dispensen su favor permanente? ¿Se fiará usted del tiempo, que depende del respaldo cambiante de poderes externos?

-Señor, con el debido respeto, le recuerdo que un cambio requeriría una oposición real, que aquí no existe. La que podría ser significativa prefiere un final tranquilo dentro de tres años, para asegurar que la prohibición constitucional de la reelección quede anulada de hecho.

= Cierto, pero en tres años podría surgir un nuevo liderazgo, unificador, sin tantos anticuerpos. Además, el mayor peligro está dentro del partido; algunos líderes se sienten marginados del poder y de los empleos; ya hay aspirantes para las próximas elecciones. Eso es inevitable. El partido es su clave. No se puede prescindir siempre de los líderes experimentados. Fueron líderes molestos conmigo los que agrietaron las bases de mi poder, antes de ser despojado del mismo.

-O sea que si enchuto podría perder y que si no enchuto, igual podría perder…

=…y también si no juega enchute.

-¿Y qué recomienda?

= Nadie triunfará solo sin crear una crisis caótica, un vacío de poder que podría aprovechar el crimen organizado, o desembocar en una dictadura abierta, de cualquiera. Nadie podrá ganar solo y mantener la paz. El país debe concertarse y buscar su propio camino, rectificar, reconstruir con integridad y coraje. Usted tiene la oportunidad histórica de encabezar tal proyecto, en democracia. Esto es lo que creemos todos los partidos y colores en el otro lado. Pasó el tiempo de la política sectaria, personalista y excluyente, que cada uno de nosotros impuso en su momento.

- ¿Entonces, sería posible…?

= ¡Tiene que serlo! Dé usted el primer paso, no podrán negarse a salvar el país. ¡Ahora es el momento!

-Le creo. ¿No rompería el hielo desearles feliz año nuevo? Aquí está mi celular. Llamaré a los tres.

(Pero no alcanza a llamar. Suena el celular y contesta, aturdido, tratando de entender qué pasa.)

-¿Tan tarde es? Me quedé dormido, ya llego…, sí, hay tiempo, no tardo…

- (¿Por qué se preocupa? Siempre hay tiempo. Después de todo, el tiempo es solo tardanza de lo que está por venir…).