Hondureños en el Mundo

Inquietud entre migrantes centroamericanos en caravana tras una redada en México  

Algunos migrantes, mujeres y niños incluidos, seguían escondidos sin comida. La policía y agentes federales llegaron el lunes en camionetas y furgonetas y metieron por la fuerza a mujeres, hombres y niños en los vehículos

23.04.2019

PIJIJIAPAN, MÉXICO.- Algunos migrantes, mujeres y niños incluidos, seguían escondidos sin comida.

“Lo que hicimos fue buscar el monte y alejarnos lo más posible para que no nos pudieran agarrar”, dijo Rivas, un soldado salvadoreño de 45 años que dijo que huyó de su país por amenazas de pandillas.

“Nos agarraron sin piedad, como que fuéramos animales”, dijo de las autoridades mexicanas. “Eso es una barbaridad porque somos humanos todos”.

Según constataron periodistas de AP, los agentes fueron por los grupos aislados al final de la caravana de unas 3,000 personas que atravesaba Chiapas, el estado más sureño de México.


Cuando los migrantes estaban reunidos en zonas de sombra para protegerse del calor a las afueras de la ciudad de Pijijiapan, la policía y agentes federales llegaron en camionetas y furgonetas y metieron por la fuerza a mujeres, hombres y niños en los vehículos.

Los migrantes fueron trasladados hasta la estación migratoria de la ciudad fronteriza de Tapachula, según el INM, donde previsiblemente se iniciaría el trámite para devolverlos a sus países de origen.

Algunas mujeres y niños lloraban durante las detenciones. Ropa, zapatos, maletas y carros de bebé quedaron tirados en el lugar.

Los agentes habían instado a los grupos de migrantes que se separaron del grueso de la caravana a descansar tras unas siete horas de marcha junto a la carretera. Cuando los migrantes se reagruparon para continuar fueron detenidos.

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Los agentes se posicionaron en la cabecera y el final del grupo. Algunas personas con ropas civiles parecieron colaborar en las detenciones. Tras ver cómo se detenía a otros, algunos migrantes empezaron a caminar en grupos densos y tomaron piedras y palos mientras funcionarios de la Comisión Nacional de Derechos Humanos mexicana observaban desde lejos.

México dio la bienvenida a la primera caravana migrante el año pasado, pero el recibimiento se ha ido volviendo más frío después de que decenas de miles de personas colapsaran los cruces fronterizos con Estados Unidos, causando demoras en la frontera e indignando a los residentes en México.

Además, Estados Unidos ha aumentado la presión sobre México para que haga más por frenar la llegada de gente. El presidente Donald Trump arremetió contra su homólogo mexicano Andrés Manuel López Obrador y amenazó con cerrar toda la frontera. Después se apresuró a felicitar a México por las detenciones de migrantes de unas semanas atrás.

México permite a Estados Unidos devolver a algunos solicitantes de asilo mientras se tramitan sus casos. Miembros del gobierno dijeron en marzo que intentarían contener a los migrantes en el Istmo de Tehuantepec, en el sur. Es la zona más estrecha del territorio mexicano y la más fácil de controlar. Pijijiapan y Mapastepec no están lejos del punto más estrecho del istmo, que está en el vecino estado de Oaxaca.

Sin embargo, el martes el presidente mexicano instó a Washington a que dé más dinero a Centroamérica. “Respetuosamente estamos pidiendo que se atienda el problema con desarrollo, con creación de empleos”, dijo.

López Obrador calificó el operativo del lunes de “incidente” y rechazó que se haya endurecido o cambiado su política y aseguró que el control de los migrantes es por su seguridad y porque hay traficantes de personas infiltrados entre ellos. 'No queremos que tengan libre paso, no sólo por cuestiones legales, sino por cuestiones de seguridad', agregó.

En los últimos meses las autoridades mexicanas han deportado a miles de migrantes, aunque también han emitido más de 15.000 visas humanitarias que les permiten quedarse en el país y trabajar.

Unas 10 organizaciones sociales importantes advirtieron recientemente que las detenciones de migrantes han ido en aumento y acusaron a los agentes de migración, así como a las policías federal, estatal y local, de violar sus derechos humanos.

El aumento de las detenciones ha sobrepasado la capacidad en el centro de migración de Tapachula. El lugar está abarrotado, señaló la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

En su último comunicado de la semana pasada, el Instituto de Migración indicó que 5.336 migrantes estaban en refugios o centros migratorios en Chiapas y unos 1.500 de ellos estaban “a la espera de deportación”.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos dio una cifra el domingo de 7.500 migrantes detenidos en refugios o en el camino en Chiapas e instó a las autoridades a hacer un censo fiable de los migrantes y atender a sus necesidades, en especial las de los niños.