Con la inauguración de varias obras sociales que favorecerán a más de cien colonias de la capital y San Pedro Sula, así como la inauguración del muelle en el puerto de Tela, el candidato presidencial liberal, Mauricio Villeda, cerró su campaña.
En Tela se recuperó la vieja madera, se reforzó con concreto y se iluminó el muelle.
También se instaló un kiosco para la protección de los usuarios y un faro para la orientación de los pescadores a fin de proteger a los visitantes.
En la colonia Fraternidad, a inmediaciones del bulevar Morazán, Villeda puso en funcionamiento las gradas de acceso que estaban desde hace muchos años en completo abandono y las cuales, con el apoyo de la comunidad y de su equipo de infraestructura, fueron restauradas a costos mínimos.
En la colonia Kennedy, el político inauguró las canchas José Simón Azcona, en la segunda entrada.
En la zona de La Cuesta Número Uno, Villeda junto a líderes sectoriales y dirigentes de su partido puso en funcionamiento el Centro de Salud Integral Ramón Villeda Morales, cuyo edificio fue reconstruido, acondicionado, equipado y dotado de medicamentos.
Luego se trasladó al barrio El Bosque, donde fue recibido con muestras de apoyo por la construcción de la calle que conecta con el callejón El Cañón, en donde se dieron cita la candidata a alcaldesa de Tegucigalpa, Marcia Villeda, dirigentes del Distrito Cinco así como un nutrido grupo de simpatizantes.
Uno de los más hermosos eventos fue la presencia del presidenciable para volver a contemplar el colorido y el funcionamiento digno de la iglesia San José de la Montaña, siempre en el bario Buenos Aires. Esta iglesia ahora cuenta con las gradas nuevas de acceso, alumbrado y que, sumado a ello, la población goza del ambiente de un nuevo “barrio feliz”.
En San Pedro Sula, Villeda dedicó el domingo para inaugurar otras obras de gran significado, haciendo ver que con pequeñas obras se demuestra cómo el país será diferente.
En la colonia Alfonso Lacayo, del sector Rivera Hernández, se construyó un centro comunal de 400 metros cuadrados, la casa de oración, reparación de calle y pintado de casas.
Villeda fue despedido de San Pedro Sula con una larga caravana que recorrió la circunvalación hasta llegar al bulevar que conduce a la ciudad de La Lima, en donde Villeda dijo: “Soy austero, no tenemos dinero para el derroche y por eso lo que pudimos obtener en ayuda para la campaña, lo invertimos en estas obras que servirán para que los habitantes las disfruten”.
Durante la campaña, Villeda hizo cosas que no se habían visto. Mientras caminó por varios colonias de la capital reparó vehículos en la zona de El Chile y le lustró los zapatos a un humilde lustrabotas de la capital.
