Renos y chiribiscas llenan las principales entradas y salidas de Tegucigalpa
En las principales salidas de la capital, los renos creados a mano esperan para llenar de magia las calles y adornar los hogares hondureños esta Navidad
- 21 de diciembre de 2024 a las 00:00
Muchos renos creados con delicadeza a mano esperan en las principales salidas y entradas de la capital para adornar las casas en Navidad. Estos adornos, elaborados con esmero, destacan en cada rincón de la ciudad, anticipando la llegada de la festividad más esperada del año.
Alineados unos tras otros, roban las miradas de conductores que transitan a diario entre el kilómetro tres y diez de la carretera que conduce a Valle de Ángeles. Estos renos, llenos de encanto, embellece el paisaje y añade un toque especial a la ruta hacia este pintoresco destino.
Los árboles de chiribisca, meticulosamente elaborados, tienen detalles que destacan por su delicadeza. Su color y brillo evocan la esperanza, la paz y el amor familiar.
La delicadeza del trabajo artesanal de los comerciantes siguen despertando el interés de los compradores. Estos adornos son más que simples objetos, son símbolos de la dedicación y el esfuerzo de aquellos que, a través de su arte, mantienen vivas las tradiciones navideñas de Honduras.
Con los adornos, los creadores generan dinero durante las festividades de fin de año. A pesar de los retos, esta actividad les permite mantener viva una tradición que decora los hogares de miles de hondureños cada Navidad.
Las personas que se dedican a este trabajo lo hacen con dedicación, comenzando desde tempranas horas del día. Con ello, buscan generar ingresos para que sus familias puedan disfrutar de una Nochebuena llena de alegría y esperanza.
Los árboles de chiribiscas pintados de blanco son otro atractivo visual. Se logran apreciar desde muy lejos, capturando la atención de quienes pasan por la carretera y añadiendo un toque de magia a la Navidad.
La confección de estos adornos requiere de paciencia e ingenio. Cada pieza es única, mostrando la creatividad de los artesanos que transforman materiales simples en algo maravilloso. En el caso de los renos, el precio depende de su tamaño: los más pequeños se cotizan desde los 250 lempiras y los grandes hasta 1,500.
Sin embargo, don Benjamín Ponce, quien vende adornos en el kilómetro 10 de la carretera a Valle de Ángeles, lamentó que las ventas no han sido tan buenas. “Creo que es por la falta de empleo”, comentó con algo de preocupación, reconociendo que las circunstancias económicas han afectado las compras de los adornos.
Algunos materiales naturales para realizar el nacimiento del niño Jesús se vende estos sectores como una fuente ingreso familiar en la temporada.
Las creaciones están hechas con materiales naturales, ideales para salir de la rutina. Cada pieza hecha a mano refleja el esfuerzo y la pasión de los artesanos que dedican horas para ofrecer algo único a la comunidad.
La creatividad de las personas que realizan estas figuras siempre resalta como una temporada única que permite reflexionar sobre la vida en una época tan especial.