Sacrificio, dolor y el mal: Las 20 mejores imágenes que dejó el Vía Crucis en la capital
Tegucigalpa fue escenario de una de las representaciones más conmovedoras del Vía Crucis, donde capitalinos se unieron para ver el recorrido que simboliza las últimas horas de vida de Jesucristo
- 19 de abril de 2025 a las 00:00
Desde el inicio, en la capital, el ambiente se llenó de solemnidad. Participantes vestidos con túnicas, soldados romanos y personajes bíblicos como Jesús, María e incluso la personificación de "el mal", comenzaron a prepararse para lo que sería una puesta en escena que, más allá del dramatismo, mantuvo viva la tradición y el mensaje espiritual que representa este día.
La figura de Jesús, interpretada por un joven actor, dio los primeros pasos cargando una pesada cruz de madera, mientras un grupo de fieles simulaba al pueblo que lo seguía en su doloroso camino hacia el Calvario.
Las imágenes, tan realistas como conmovedoras, evocaron lágrimas, silencio y oración entre los asistentes.
Cada estación del Vía Crucis fue representada con esmero y realismo. En la primera caída, se veía cómo la sangre falsa recorría el rostro del actor.
Durante todo el recorrido, los fieles no dejaban de rezar, cantar y tomar fotos. Una imagen detallada de cómo lucia la corona de espinas en otro de los jóvenes que interpretó el papel de Jesús.
Una imagen de la corona de espinas fue colocada en la cabeza de Jesús como un acto de burla por parte de los soldados romanos antes de su crucifixión. Según el evangelio, al proclamarlo "Rey de los judíos", los soldados buscaron ridiculizarlo, torciendo ramas llenas de espinas y poniéndoselas sobre la cabeza, provocándole dolor y sangrado.
Desafiando a la guardia, una mujer del pueblo limpió su rostro con un paño, dejando un gesto de humanidad en medio del tormento.
Uno de los momentos más emotivos se vivió cuando María, su madre, se acercó a él. Ambos se miraron en silencio, en una escena cargada de dolor y compasión.
Otras toma de un claro intento de transmitir el sufrimiento físico y espiritual del momento.
Bajo el peso del madero y la presión de los soldados romanos, Jesús cayó ante la mirada conmovida de los asistentes. Tras su caída recibió latigazos en varias ocasiones.
Con los primeros rayos del sol filtrándose, el actor que representa a Cristo tomó la cruz de madera, iniciando el recorrido por las calles adoquinadas.
En este tipo de dramatizaciones populares, el Diablo aparece como símbolo del mal, la tentación y el sufrimiento espiritual.
Además, acompaña el recorrido de Jesús para representar los constantes intentos del mal por desviar su camino hacia la cruz.
Durante el recorrido, el personaje del Diablo suele interactuar con el público, burlarse de los personajes bíblicos e incluso tentar a Jesús, todo como una representación simbólica del pecado, las pruebas y la lucha interior.
El cansancio volvió. Jesús cayó nuevamente, golpeando el suelo con fuerza, mientras su cruz se deslizaba sobre su espalda ensangrentada.
Su tercera caída, y la más dolorosa. Apenas podía levantarse, pero lo hizo, entre látigos y gritos, seguido por una multitud silenciosa.
A pesar de su agonía, se detuvo para hablarles y consolarlas: "No lloren por mí, lloren por ustedes y sus hijos".
Al llegar al Calvario, los soldados lo desnudaron, humillándolo cuando era clavado en la cruz.
Uno de los momentos más sobrecogedores: los martillazos resonaron por las calles mientras el cuerpo fue alzado en el madero. Luego hubo un silencio absoluto. Algunos asistentes lloraron mientras se escuchaban las últimas palabras: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".
Cuando el cuerpo es bajado de la cruz, María y otras figuras rodearon el cuerpo sin vida. Fue envuelto con delicadeza mientras el incienso llenaba el ambiente.