En Fotos: la agonía en la crucifixión de Jesús durante el Vía Crucis de Viernes Santo
La crucifixión de Jesús no fue solo un castigo físico; fue una experiencia profundamente desgarradora en cuerpo, mente y espíritu. Aquí la representación de este acto de amor que se hizo en la capital
- Actualizado: 18 de abril de 2025 a las 00:00
Los capitalinos en el centro de Tegucigalpa realizaron a la perfección de la agonía vivida durante el Vía Crucis de Jesús. Estas son las imágenes.
Después de ser traicionado por uno de los suyos y arrestado como un delincuente donde lo acusaron de blasfemia y lo escupieron, golpearon y ridiculizaron, comenzando así una cadena de vejaciones físicas y psicológicas.
Los jóvenes representaron el momento en que llegaron al Gólgota, donde lo despojaron de sus vestiduras, dejándolo completamente expuesto. Lo clavaron en la cruz atravesando sus muñecas y pies con clavos de hierro.
El cuerpo de Jesús colgado en la cruz sufría una lenta y cruel asfixia. Cada inhalación requería que se impulsara hacia arriba con sus pies heridos, intensificando el dolor.
A su alrededor, los soldados echaban suertes por su túnica, los líderes religiosos lo burlaban, y la mayoría de los que días antes lo habían aclamado ahora lo observaban con indiferencia o desprecio.
Su sufrimiento no fue solo físico, también fue espiritual. Al cargar con el pecado del mundo, experimentó un profundo sentido de separación del Padre. Por eso, clamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Fue un grito de angustia, de soledad infinita.
Los actores hicieron la representación de Jesús en medio de las calles del centro de Tegucigalpa.
Jesús, con su último aliento, gritó: “Consumado es”, indicando que la obra de redención había sido completada. Luego, dijo: “Padre, en tus manos, encomiendo mi espíritu”, y expiró. En ese momento, el velo del templo se rasgó, simbolizando que el acceso a Dios ya no estaría limitado.
"Su muerte no fue en vano. La agonía que sufrió fue por amor, un amor tan grande que no escatimó ni su propia vida para rescatar a la humanidad", claman los fieles.
Al pie de la cruz, María, su madre, y algunos discípulos lloraban en silencio.
El cuerpo que colgaba era el del Mesías, el hijo del hombre, roto por la injusticia pero invicto en su misión.
La agonía de Jesús es recordada no solo por su intensidad, sino por su significado.
Cada herida, cada lágrima, cada gemido, fue una expresión del amor más puro. Su dolor nos redimió.
Su sangre nos limpió. Y su cruz se convirtió en el símbolo más poderoso de fe, sacrificio y esperanza.
Los actores personificaron cada uno de sus papeles de la mejor manera.
El Viernes Santo en la capital se lleva a cabo el tradicional Vía Crucis.