Déspotas y crueles: los villanos del Vía Crucis este Viernes Santo
En las representaciones del Vía Crucis en Honduras, los villanos del relato bíblico, los soldados romanos, Poncio Pilato y el Diablo, cobran un papel protagónico
- 18 de abril de 2025 a las 00:00
Cada Semana Santa, miles de fieles se reúnen en las calles de distintas ciudades del país para revivir uno de los momentos más significativos de la fe cristiana: el Vía Crucis.
Las procesiones y dramatizaciones de la Pasión de Cristo buscan no solo conmover, sino también enseñar a través de la escenificación de los eventos que, según la tradición cristiana, llevaron a la crucifixión de Jesús.
Si bien el centro de estas representaciones es Jesucristo, hay otros personajes que juegan un rol fundamental: los villanos. Figuras como los soldados romanos, Poncio Pilato y el Diablo aparecen en escena para cumplir su papel dentro del relato bíblico.
Estos personajes, interpretados con realismo por actores locales, encarnan la injusticia, la burla y la traición que rodearon el sacrificio de Cristo.
Los soldados romanos son quizás los antagonistas más visibles en las representaciones del Vía Crucis. Con vestimentas militares que imitan el estilo romano como cascos, capas rojas, armaduras de cuero o metálicas, estos personajes son los encargados de arrestar, golpear y escoltar a Jesús durante todo su recorrido.
Durante las dramatizaciones, los soldados arrastran a Cristo, lo azotan públicamente, lo empujan y se burlan de él ante los presentes.
Su papel no solo aporta dramatismo a la representación, sino que permite al público conectar con el sufrimiento físico al que fue sometido Jesús antes de ser crucificado.
El gobernador romano Pilato aparece en la escena del juicio de Jesús, generalmente en los primeros actos del Vía Crucis.
Aunque no aparece en los Evangelios durante el relato del Vía Crucis, el Diablo es incluido en algunas dramatizaciones como un símbolo visual de la tentación y el pecado.
Se le representa con ropajes oscuros, maquillaje teatral, y una actitud provocadora.
El Diablo camina junto a la procesión, susurrando o burlándose de Jesús, intentando tentar a los fieles o desviar la atención de la fe.
Su inclusión sirve como recordatorio de la constante lucha espiritual entre el bien y el mal, incluso en los momentos más críticos de la vida de Cristo.
A lo largo del recorrido, el público juega un rol no hablado pero esencial.
Al observar en silencio, al orar, al llorar o simplemente al acompañar la procesión, los asistentes se convierten en parte del mensaje.
En el contexto religioso, cada persona representa a la humanidad por la que Jesús aceptó su condena.
Por ello, muchas escenas hacen énfasis en los rostros del pueblo como recordatorio de que el sacrificio fue colectivo, no individual.
Las representaciones del Vía Crucis en Honduras están cuidadosamente construidas para mostrar la dualidad de la condición humana. Mientras Jesús simboliza el amor, el perdón y el sacrificio, los villanos representan la traición, la violencia y la tentación.