Hasta 35 años de prisión podría recibir Yulibeth si es declarada culpable: ¿cuántos delitos se le imputan?
La Fiscalía presentó varias pruebas durante la audiencia inicial contra Katherine Yulibeth Romero Sorto, entre ellas los testimonios anticipados de los dos menores víctimas, quienes la identificaron
- 01 de junio de 2025 a las 00:00
La joven de 28 años, Katherine Yulibeth Romero Sorto, acusada de abusar a sus hijastros, permanece recluida en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social, en Támara, Francisco Morazán, tras ser capturada el pasado 26 de mayo en las cercanías de un centro comercial en San Pedro Sula.
Durante la audiencia, el Ministerio Público imputó a Romero Sorto los delitos de violación y agresiones sexuales continuadas en perjuicio de sus dos hijastros menores de edad.
Las pruebas presentadas fueron consideradas suficientes por la jueza para dictar auto de formal procesamiento.
Como parte del proceso, se tomaron los testimonios de los menores (un niño y una niña) mediante la cámara Gesell, recurso que permite obtener declaraciones protegidas en casos de violencia sexual infantil.
Además, en el marco de la investigación, las autoridades decomisaron varios teléfonos celulares, incluido uno que era utilizado por uno de los menores y que habría sido proporcionado por la acusada.
El análisis forense del dispositivo reveló intercambios de mensajes explícitos entre Yulibeth Romero y el adolescente.
El Ministerio Público aseguró que esas conversaciones refuerzan la acusación, ya que contienen contenido comprometedor que vincula directamente a la imputada con los delitos señalados.
Elvis Guzmán, portavoz del Ministerio Público, dijo que de ser hallada culpable, Katherine Yulibeth Romero podría enfrentar una pena de 35 años de prisión, de acuerdo con lo establecido en el Código Penal hondureño.
Asimismo, confirmó que los abusos comenzaron cuando el niño tenía ocho años y ocurrían en la casa donde vivía la acusada junto al padre de los menores.
El fiscal indicó que aún quedan pruebas pendientes por ejecutar, entre ellas una evaluación psicológica a la acusada y un segundo análisis forense del teléfono personal de Romero Sorto.