Gilbert Reyes a tercera evaluación mental por crimen en Roatán, ¿estrategia de Plutarco Ruiz?
Las autoridades buscan determinar si Reyes padece ginofobia, un trastorno caracterizado por el rechazo o temor extremo hacia las mujeres, como parte de las investigaciones sobre los feminicidios de María Antonia Cruz, Nikendra McCoy y Dione Solórzano.
- 22 de noviembre de 2024 a las 00:00
Gilbert Reyes, el estadounidense acusado por el asesinato de tres mujeres en Roatán, entre ellas su ex pareja, fue evaluado por tercera vez en la clínica de salud mental del Ministerio Público por orden de un juez. ¿Estaría alegando trastorno mental en su juicio, como lo hizo Plutarco Ruiz tras el crimen de Miss Honduras? Esto se sabe
El acusado de asesinar a tres mujeres en Roatán, Gilbert Reyes, ingresó por tercera vez a la clínica de salud mental para evaluar un posible trastorno psicológico.
Las autoridades buscan determinar si Reyes padece ginofobia, un rechazo extremo hacia las mujeres, como parte de su defensa legal.
Gilbert Reyes enfrenta cargos por feminicidio agravado tras el asesinato de María Antonia Cruz, Nikendra McCoy y Dione Solórzano, su expareja, cuyos cuerpos fueron hallados en este vehículo.
Gilbert Reyes fue capturado en República Dominicana, luego que evadiera la justicia, y trasladado tras un proceso de extradición a Honduras, donde enfrenta un juicio por los crímenes.
Especialistas señalan que un diagnóstico psicológico no necesariamente exime al acusado de enfrentar las consecuencias legales.
Las autoridades buscan determinar si el acusado presenta ginofobia, un trastorno caracterizado por un rechazo patológico o temor extremo hacia las mujeres.
El caso recuerda al feminicidio de Miss Honduras María José Alvarado y su hermana Sofía Trinidad, donde el novio de la segunda, Plutarco Ruiz, intentó alegar demencia durante el juicio.
Plutarco Ruiz incluso simuló síntomas psiquiátricos durante su juicio, como espuma en la boca, pero al final fue condenado por los crímenes.
Ruiz organizó un plan para ocultar los cuerpos de las hermanas Alvarado, enterrándolos a seis kilómetros del lugar del crimen, a la orilla de un río, además les puso cal para evitar que las encontraran.
Ambos casos reflejan el uso de estrategias legales para justificar actos de violencia de género sin fundamentos reales.
Los casos de Reyes y Ruiz muestran cómo las defensas psiquiátricas buscan influir en los juicios por feminicidios, aunque suelen ser desestimadas por falta de pruebas.