Las vigiló y les disparó: expolicía acepta haber matado a su expareja y a su amiga en La Lima
Según la investigación, el acusado esperó a las víctimas frente a la vivienda de una de las víctimas y les disparó con su arma de reglamento
- 08 de octubre de 2025 a las 14:22
El expolicía municipal Luis André Velásquez Torres confesó haber seguido, vigilado y ultimado a su expareja Cinthia Carolina Castro Castañeda, de 26 años, y a su amiga Génesis Nazareth Cerrato Montes, de 19, en un hecho ocurrido la madrugada del 13 de noviembre de 2022 en la colonia Los Maestros de La Lima, departamento de Cortés, zona norte de Honduras.
De acuerdo con las investigaciones, el exagente vigiló a las jóvenes desde que se encontraban en un centro bailable de la zona. Posteriormente, las siguió en motocicleta hasta la vivienda de Cinthia, con quien había finalizado una relación sentimental cinco meses antes.
Cuando las víctimas descendieron del taxi VIP que las trasladaba, Velásquez Torres las interceptó y les disparó en repetidas ocasiones con su arma de reglamento, una pistola calibre 9 milímetros.
Génesis recibió cinco impactos de bala y murió en el lugar. Cinthia, quien tenía tres meses de embarazo, intentó huir, pero fue alcanzada y asesinada a pocos metros de su casa tras recibir diez disparos.
Según el expediente del Ministerio Público, Velásquez Torres, de 36 años, esperó a las jóvenes frente a la vivienda para ejecutar el ataque, que fue calificado como premeditado.
La Fiscalía Especial de Delitos Contra la Vida (FEDCV) presentó pruebas periciales, testimoniales y documentales que lo vinculan directamente con el crimen.
La audiencia de procedimiento abreviado fue programada para el próximo 22 de octubre a las 10:00 de la mañana, donde el expolicía ratificará su confesión ante el juez.
La Fiscalía y la defensa acordaron esta vía alterna para acelerar el proceso judicial.
Velásquez Torres enfrenta acusaciones por femicidio agravado contra ambas víctimas, al haberse determinado que ejerció poder sobre ellas y actuó con alevosía. En el momento del crimen, el acusado portaba su arma asignada como parte de su labor de seguridad en la alcaldía limeña.
Cinthia Carolina Castro era hija de un pastor evangélico, mientras que Génesis Nazareth Cerrato se desempeñaba como bailarina profesional.