Ultraconservadores de EE UU despiden a Charlie Kirk
El funeral de Charlie Kirk se celebra domingo con la presencia de Donald Trump y otros miembros de su gobierno en un tenso ambiente político en el que los seguidores del activista ultraconservador buscan ensalzar su legado como defensor de la libertad de expresión
- 21 de septiembre de 2025 a las 12:02
La ceremonia se lleva a cabo en el Estadio State Farm de Glendale, Arizona, y congrega además de a Trump, que dará un discurso, al vicepresidente estadounidense JD Vance, o a Erika Kirk, viuda de Kirk y nueva directora ejecutiva de Turning Point, la organización que él fundó.
La policía local ha advertido que en la zona del estadio, que puede llegar a albergar 73.000 personas y en cuyas cercanías hay otro recinto capaz de acoger otras 20.000, pueden llegar a darse cita más de 100.000 personas ante la popularidad de Kirk, convertido ahora en mártir del ultraconservadurismo, y la presencia del presidente estadounidense y otras figuras de alto perfil.
Kirk, de 31 años, se consolidó como una de las figuras más visibles del conservadurismo estadounidense tras fundar a los 18 Turning Point, ONG dedicada a promover entre estudiantes los principios de libertad, mercado libre y gobierno limitado. También los valores cristianos extremos (incluido el creacionismo) o el nacionalismo blanco (defendía la idea del "gran reemplazo").
Firme defensor de la Primera Enmienda, que protege la libertad de expresión, Kirk fue conocido por sus opiniones controvertidas sobre inmigración, educación superior, racismo sistémico y derechos LGTBI, lo que le valió tanto admiración en la derecha como duras críticas de sectores progresistas.
"El discurso de odio no existe legalmente en EE.UU. Hay discursos desagradables, discursos groseros y discursos malvados. Y TODO está protegido por la Primera Enmienda. Mantengamos a EE.UU.", escribió en su cuenta de X en mayo de 2024.
El 10 de septiembre, Kirk murió de un disparo en el cuello mientras debatía ante centenares de personas en la Universidad Utah Valley, en el estado de Utah. El asesinato fue presuntamente perpetrado por Tyler Robinson, joven de 22 años nacido en el seno de una familia conservadora que, según las autoridades, se politizó "hacia la izquierda" y radicalizó en los últimos años. El suceso ha generando indignación en diversos sectores de la sociedad y ha sido interpretado como un atentado contra la libertad de expresión.
Trump culpó a los "lunáticos de la izquierda radical" del suceso y su Gobierno prometió tomar medidas enérgicas contra algunos discursos sobre su muerte.
Rubio advirtió que el Departamento de Estado revocará visas de quienes "celebren la muerte" de ciudadanos estadounidenses; Hegseth prometió actuar contra empleados federales que se burlen del asesinato de Kirk y Vance instó a denunciar públicamente a quienes difundan mensajes similares.
Las dudas sobre el respeto a la Primera Enmienda que tanto defendía Kirk se han intensificado tras la cancelación de voces críticas en los medios.