Joven de 19 años planeó y ordenó el asesinato de su padre para adelantar herencia
Amanda, de 19 años, fue arrestada tras confesar que orquestó el asesinato de su padre para heredar bienes valorados en unos 2 millones de reales brasileños
- 30 de junio de 2025 a las 00:00
Ayres Botrel, un camionero de 60 años, fue brutalmente asesinado a disparos mientras dormía en el interior de su vivienda ubicada en la playa Enseada dos Corais, Brasil, la noche del 20 de junio. El crimen fue planeado por su propia hija, según las autoridades policiales. A continuación los detalles del macabro crimen.
La primera versión presentada por Amanda, la hija de la víctima, fue que sujetos armados entraron en la casa y cometieron el asesinato. Sin embargo, las cámaras de seguridad del vecindario contaron otra historia: solo el vehículo de Amanda ingresó y salió de la vivienda esa noche, sin presencia de otras personas.
Las imágenes captadas por las cámaras mostraron que no había rastro de los supuestos atacantes, lo que llevó a las autoridades a sospechar rápidamente de la propia hija. La joven de 19 años, inicialmente, mantuvo la coartada, pero ante la evidencia, terminó confesando su participación en el plan.
Según declaraciones del policía Myrthor Freitas, Amanda admitió que facilitó el ingreso de los autores materiales del crimen, incluso que los trasladó hasta la residencia esa noche. La joven reveló que coordinó toda la operación para garantizar que el asesinato se llevara a cabo, en busca de acelerar la obtención de la herencia.
Las investigaciones indican que el móvil del crimen fue de carácter económico. Ayres Botrel era propietario de un camión, varios inmuebles y otros activos valorados en aproximadamente 2 millones de reales brasileños, aproximadamente 366,380 dólares.
Tras su arresto, Amanda fue presentada en audiencia de custodia y trasladada a la Colonia Penal Femenina de Iputinga, en Recife. La imputación formal que enfrenta es por homicidio agravado, un delito que podría acarrearle una larga condena.
La madre de Amanda, en declaraciones a la prensa, afirmó que la joven "tenía todo lo bueno y lo mejor", que vivía con sus padres, estudiaba en la universidad y no presentaba necesidades materiales. Sin embargo, la investigación indica que su motivación era diferente, impulsada por la ambición y la codicia.
Un elemento que llamó la atención de los investigadores fue el tiempo que tardó Amanda en pedir ayuda después del crimen. La joven llamó a su madre unos 15 a 20 minutos después de los disparos, en una llamada registrada en el restaurante donde trabaja la mujer. Los análisis cruzados con las cámaras confirmaron que la llamada ocurrió en ese lapso.
El detective Rodrigo Belo, comentó que Amanda se mostró fría e indiferente durante el interrogatorio. Además, no reaccionó al ver llorar a su madre, lo que reforzó la hipótesis de que el crimen fue fríamente calculado.
Testigos y vecinos expresaron sorpresa ante la revelación, ya que en público Amanda parecía una joven normal y afectuosa con su familia. Sin embargo, la evidencia muestra que su actuar fue premeditado y con un objetivo claro: obtener la herencia rápidamente.
Por ahora, las autoridades continúan investigando otros posibles cómplices y analizan si existieron otros factores que motivaron el crimen.
Este caso, que ha conmocionado a la comunidad, mientras que la fiscalía espera que el proceso judicial sea un ejemplo de justicia.