Con fe, oración y un juramento de secreto, la procesión da inicio al cónclave en el Vaticano
En oración, procesión solemne y un juramento que compromete a los cardenales electores al más absoluto secreto. Así se dio el primer paso para dar inicio al cónclave
- 07 de mayo de 2025 a las 00:00
Los cardenales electores comenzaron la procesión que desde la Capilla Paulina les llevará a la Capilla Sixtina, donde se encerrarán en el cónclave que elegirá al 267 papa de la historia de la Iglesia Católica para una primera votación en busca del sucesor de Francisco. Así se esta llevando a cabo.
Como indica el protocolo vaticano, todo comienza con la misa Pro eligendo Pontifice, celebrada en la Basílica de San Pedro. Se trata de una ceremonia abierta al público y presidida generalmente por el cardenal decano, donde se implora la guía del Espíritu Santo para una elección sabia.
Después de la misa, los cardenales se trasladan en procesión hacia la Capilla Sixtina, lugar que albergará el cónclave.
Vestidos con vestiduras rojas y en un clima de profundo silencio, recorren los pasillos del Palacio Apostólico como signo de unidad y reflexión. Esta caminata simboliza la transición hacia un momento espiritual de enorme responsabilidad.
Una vez en la Capilla Sixtina, tiene lugar uno de los actos más solemnes del proceso: el juramento de secreto.
Cada cardenal se acerca individualmente al Evangelio abierto, coloca su mano derecha sobre él y pronuncia una fórmula en latín, comprometiéndose a no revelar nada de lo que ocurra durante las deliberaciones.
Tras completarse todos los juramentos, el Maestro de Ceremonias pronuncia la frase ritual “Extra omnes”, que significa “¡Fuera todos!”.
Antes de la procesión, Parolin les recordó en latín que entrarán en cónclave "para elegir al Romano Pontífice y que toda la Iglesia está unida a ellos en oración invoca la gracia del Espíritu Santo para que sea elegido un digno pastor del rebaño de Cristo".
Después comenzó la procesión, encabezada por una cruz, seguida de los miembros de la Capilla Musical Pontificia, algunos prelados y los ceremonieros, así como el Maestro de las Celebraciones Pontificias, Diego Ravelli, y el padre Raniero Cantalamessa, encargado de la meditación que escucharán los cardenales antes de votar.
Detrás iban los cardenales, en orden inverso de precedencia: primero los de la orden de los diáconos, seguidos de los presbíteros y de los obispos, mientras que respondían a la “Letanía de los santos”, en la que invocan la ayuda de los grandes santos de la historia del cristianismo.
La procesión salió de la Capilla Paulina, que recibe su nombre del papa Pablo III, quien hacia el año 1540 encargó su construcción y que cuenta con dos imponentes frescos de Miguel Ángel - “La conversión de San Pablo” y “La Crucifixión de San Pedro”- hasta llegar a la Sixtina, atravesando la Sala Regia.