El Día de los Santos Inocentes: De la tragedia bíblica a la risa contemporánea
El 28 de diciembre, el Día de los Santos Inocentes combina humor y reflexión. Su origen se remonta a la Matanza de los niños inocentes. Conoce los detalles
- 28 de diciembre de 2024 a las 00:00
Cada 28 de diciembre, muchos celebran el Día de los Santos Inocentes, un evento lleno de bromas y travesuras en diversas culturas, sin embargo, pocos conocen el trasfondo histórico y bíblico que da origen a esta fecha. A continuación los detalles.
La esencia del 28 de diciembre es recordar un episodio trágico: la matanza de niños inocentes, ordenada por el rey Herodes.
El relato, que se encuentra en el libro de Mateo (2:16-18), narra cómo Herodes, temeroso de perder su trono ante el recién nacido Mesías, ordenó la ejecución de todos los niños varones menores de dos años en Belén.
Este acto, aunque no documentado por historiadores contemporáneos como Flavio Josefo, ha perdurado como un símbolo de la opresión y la injusticia.
Los niños asesinados son venerados como mártires en la tradición cristiana y se les reconoce como los primeros “santos”.
En ese sentido, la Iglesia Católica estableció esta fecha como un día de conmemoración, enmarcándolo dentro del periodo de la Octava de Navidad.
En sus inicios, las celebraciones eran solemnes, enfocándose en la oración y la reflexión sobre la pérdida de los inocentes.
No obstante, con el paso del tiempo, el carácter de la festividad se transformó, especialmente a medida que el cristianismo se expandió por Europa y se mezcló con tradiciones paganas.
La influencia de festividades como las Saturnales romanas, que celebraban el desorden y la inversión de roles sociales, contribuyó a la evolución del Día de los Santos Inocentes hacia un ambiente más festivo.
Así, lo que comenzó como una solemnidad se convirtió en un día de humor y broma, donde la frase “que la inocencia te valga” resuena en el aire.
A lo largo de los siglos, la costumbre de hacer bromas ha prevalecido, convirtiendo el 28 de diciembre en una jornada de risas y diversión.
Sin embargo, muchas comunidades religiosas aún mantienen vivas las tradiciones de oración y reflexión, recordando el sacrificio de los niños de Belén.