¿Cómo operan los laboratorios de fentanilo del Cártel de Sinaloa en México?
Un grupo de periodistas de The New York Times observó el peligroso proceso de fabricación de esta droga, en el que los cocineros trabajan con herramientas básicas
- 29 de diciembre de 2024 a las 19:40

En el corazón de Culiacán, México, un laboratorio clandestino de fentanilo opera a plena vista en una bulliciosa calle de la ciudad.

Una investigación de periodistas de The New York Times, quienes lograron un acceso exclusivo a este espacio donde se produce una de las drogas más letales y lucrativas del mundo, viendo el peligroso proceso y el impacto económico que sostiene a los cárteles.

En una diminuta cocina, dos hombres, conocidos como cocineros, manipulaban químicos tóxicos con herramientas básicas: ollas, quemadores y mezcladores de inmersión.

Equipados apenas con cubrebocas quirúrgicos, trabajaban bajo condiciones extremas, mientras los periodistas observaban desde la relativa seguridad de trajes hazmat y máscaras de gas.

Un polvo blanco se transformaba en un producto azul neón destinado al mercado estadounidense, con cada paso del proceso impregnado de riesgo.

La exposición a los vapores tóxicos obligó incluso a uno de los cocineros a abandonar la cocina temporalmente para recuperar el aliento.

El cocinero principal, un joven de 26 años con estudios en odontología, aseguró que la producción de fentanilo le había permitido adquirir bienes de lujo, incluyendo casas, vehículos deportivos y hasta un helicóptero. Según él, el narcotráfico es la principal economía en Sinaloa.

Aunque reconocen el peligro de su labor, los operadores de estos laboratorios trabajan a contrarreloj para cumplir con la demanda de sus clientes, quienes especifican desde la cantidad hasta el diseño de las píldoras, como logotipos que imitan marcas de lujo.

El acceso al laboratorio fue precedido por semanas de intentos fallidos debido a enfrentamientos entre facciones del cártel y operativos militares. Incluso durante la visita, la operación fue interrumpida por la amenaza de una patrulla cercana del ejército mexicano.

Mientras los cárteles enfrentan presión del gobierno mexicano y amenazas internacionales, como las recientes advertencias de Estados Unidos de imponer sanciones si no se detiene el flujo de drogas, el negocio del fentanilo sigue creciendo.