Cometa 3I/ATLAS intacto tras perihelio pese a predicciones: esto es lo último sobre el extraño objeto
El cometa 3I/ATLAS ha generado gran revuelo tras su paso por el perihelio (su punto más cercano al Sol), porque no se desintegró, algo que muchos esperaban dada la intensa radiación solar. Aquí todo lo que se sabe
- Actualizado: 15 de noviembre de 2025 a las 14:47
No se desintegró, algo que muchos esperaban dada la intensa radiación solar, esto es lo que se sabe del cometa 3I/ATLAS.
Avi Loeb, un científico de la Universidad de Harvard, sugiere en su blog que este comportamiento es muy extraño si se trata de un cometa común: para él, el objeto podría ser una nave extraterrestre, no un fragmento helado natural.
Las nuevas imágenes usadas por Loeb fueron tomadas por científicos como David Jewitt y Jane Luu con el Telescopio Óptico Nórdico (ubicado en las Islas Canarias). Según esas fotos, no hay señales de que el cuerpo se haya fragmentado ni destruido tras el perihelio.
Las predicciones anteriores indicaban que el cometa debería haber perdido hasta un 13 % de su masa por el calor solar, y que esa pérdida crearía una gran nube de polvo y escombros (miles de toneladas).
Sin embargo, Loeb dice que el cometa sigue siendo un cuerpo “intacto y brillante”, con una coma (atmósfera de gas) que no es común: se extiende en dos direcciones, una hacia el Sol y otra en sentido opuesto.
Además, las observaciones muestran dos corrientes (chorros) enormes de gas que salen del cometa: una corriente se dirige hacia el Sol y la otra es incluso tres veces más larga en dirección contraria. Estas corrientes no encajan bien con la explicación de simple sublimación de hielo.
Loeb argumenta que si estas eyecciones no pueden explicarse solo con vapor de agua (porque “no hay suficiente hielo”), quizá se trate de propulsores tecnológicos: imagina “cohetes” que expulsan gas para maniobrar. Esa es su teoría para explicar esos chorros tan enormes.
Según esta hipótesis, después del perihelio el objeto podría estar usando esos “propulsores” para acelerar alejándose del sol, algo parecido a lo que haría una nave que obtiene asistencia gravitacional.
El cometa tiene un diámetro estimado de unos 5.6 kilómetros, cifra que usa Loeb para cuestionar que sus emisiones puedan venir solo de hielo común, pues considera que no bastaría para explicar la magnitud de los chorros.
El 19 de diciembre de 2025 se producirá su máxima aproximación a la Tierra (perigeo), lo que dará una oportunidad para observarlo más de cerca con telescopios y tal vez comprobar si es un cometa natural o algo mucho más inusual.