Inflamación crónica: alimentos clave y consejos prácticos para reducirla
El 85 % de la población está inflamada, según expertos, por eso es esencial ajustar su dieta y hábitos diarios para que además de reducir la inflamación crónica, mejore su salud
- 29 de noviembre de 2024 a las 00:00
La inflamación crónica es un ‘problema silencioso’ que afecta al 85 % de la población, según la doctora Gabriela Pocoví, experta en inmunonutrición. Esta condición, muchas veces ignorada, puede estar relacionada con síntomas como problemas digestivos, alergias, trastornos cutáneos o cansancio crónico. Aquí, las claves esenciales para combatirla.
Un factor determinante en este problema es el desequilibrio en el consumo de grasas: “comemos 25 veces más grasas omega-6, que son proinflamatorias, que omega-3, las cuales tienen un efecto netamente antiinflamatorio”, enfatiza Pocoví. Este desbalance, característico de la dieta moderna, es una de las razones principales de la inflamación crónica.
Para comprender este fenómeno, es crucial analizar cómo la alimentación moderna está plagada de productos ultraprocesados y grasas refinadas, señala la nutricionista y chef Elka Mocker, quien promueve la nutrición integrativa y la alimentación basada en productos naturales.
Según Mocker, la inflamación es el resultado de múltiples factores: sedentarismo, estrés, exposición a tóxicos, y sobrealimentación, sumados a un consumo excesivo de alimentos artificiales.
La solución, según Mocker, radica en volver a lo natural, “nuestra medicina está en el alimento natural”, afirma; a su vez, recomienda priorizar frutas, hortalizas, cereales, grasas saludables como el aguacate o el coco, y proteínas de calidad, moderando el consumo de carbohidratos, azúcares, harinas y lácteos.
Una herramienta sencilla y efectiva para desinflamar es el ayuno nocturno natural, Mocker explica que “solo hay que cenar temprano y desayunar tras 12 horas de descanso digestivo”.
Este método permite que el cuerpo optimice procesos de limpieza celular durante el sueño, favoreciendo la restauración y eliminación de toxinas. Extender este ayuno a 14 o 16 horas puede potenciar aún más sus beneficios.
La doctora Pocoví añade que es fundamental reducir el consumo de aceites vegetales refinados, como los de maíz o soja, que tienen un alto contenido de omega-6; o cambiarlos, de preferencia, por aceites de oliva virgen extra, coco, ghee o aguacate prensado en frío, así como consumir pescado azul pequeño y carne de pastoreo, fuentes ricas en omega-3 y grasas saludables.
En su libro “Nutrición natural”, Mocker detalla estrategias complementarias como la dieta depurativa, el descanso digestivo y la alimentación estacional, herramientas clave para reducir la inflamación de manera efectiva.
Ambas expertas coinciden en que, más allá de los alimentos, es esencial adoptar un estilo de vida que incluya actividad física, exposición a la naturaleza y reducción del estrés, para mantener un equilibrio integral entre cuerpo y mente.