Madres prostituían a sus hijas menores hasta con cuatro reos al día en Támara
Con la mentira de una visita "familiar", madres ingresaban a sus hijas para ofrecerles servicios sexuales a los privados de libertad a cambio de dinero
- 04 de junio de 2025 a las 00:00
La visita conyugal era lo más normal aquí. Mujeres llegaban a visitar a sus parejas en las fechas permitidas, pero otras, con el afán de obtener dinero, ofrecían a sus hijas a los reos para tener relaciones con ellos, según conoció EL HERALDO Plus durante su visita a la cárcel de Támara.
Al menos unos 700 reos permanecían recluidos en el módulo de Sentenciados 1, dentro del Centro Penitenciario Nacional de Támara, al norte de la capital, que con los años se convirtió en un "hotel" de criminales.
El módulo de bloques está construido en dos niveles, con salida a las terrazas eran controladas por un grupo de internos, quienes hacían lucrativos negocios, utilizando las instalaciones como propias, sin que las autoridades les hicieran nada.
Ellos decidían a quién meter y a quién no. Si se trata de mujeres, la mayoría pasaban con un objetivo: un encuentro sexual. Así lo conoció EL HERALDO Plus tras el relato del coronel de ingeniería de combate Kalter Medina, director de la cárcel, antes de comenzar con el recorrido.
Medina contó que por muchos años se cometieron abusos en ese módulo contra menores de edad, algunas tenían 15 años, quienes llegaban con su mamá. Para entrar, ellas decían que iban a visitar a sus parejas, pero adentro la menor tenía relaciones hasta con cuatro hombres en un solo día a cambio de dinero.
Esa no era la única excusa. Otras mujeres decían que iban a visitar a sus parejas, pero el objetivo era prestar servicios sexuales a los reos, ya que las visitas a los privados de libertad las recibían en los módulos y ellos se las llevaban a sus habitaciones.
En una de las paredes había una especie de pintura que asemejaba a un privado de libertad teniendo relaciones sexuales con mujeres y a la par tenía una pistola y un fusil tipo AK-47, evidenciando lo que pasaba en el interior de los módulos.
El coronel reveló que "desmantelaron una discoteca con todas las luces y parlantes, había burdeles porque contrataban prepagos, tenían negocios de restaurante, pulperías, barberías y hasta carnicería”
También encontraron refrigeradoras, lujosas alfombras, televisores, aires acondicionados, camas matrimoniales, parlantes, conexiones clandestinas de energía, cable para televisión y hasta pesas de gimnasio.
En la terraza se desmanteló una especie de “salón VIP” que tenía hasta baño privado, ahí se realizaban fiestas con alcohol, mujeres, drogas y comida, a donde era prácticamente imposible llegar para los agentes penitenciarios.
“Una vez quise entrar con un pelotón y no pudimos”, aseguró el director, pero a medida fue avanzando el proceso de intervención, que comenzó en 2023, lograron hacer requisas e ir quitándoles muchos de los privilegios que tenían los internos.
El coronel Medina defendió que todas las cosas ilícitas que se permitieron en el transcurso de los años no saben cómo sucedieron, pero ahora están trabajando para que no se repitan.